Aunque parezca que vivimos un contexto social de terror, cargado de estrés y ansiedad, hay algunas cosas que debemos agradecerle a este proceso. Una de ellas es poder ver más allá de esta situación desagradable o tiempo de transformación como me gusta llamarlo. Cuando comprendo los mensajes claros de la crisis, puedo tomar sus enseñanzas, detenerme en el crecimiento personal que he alcanzado a través de ella.

Yo le agradezco a la crisis, la planificación y organización que observo en las casas. Gracias a la crisis podemos asumir compromisos con consciencia, lo cual permite evaluar antes de actuar. He podido observar en mi familia, el agradecimiento constante por los platos que llegan a la mesa, por la posibilidad de compartir alimentos y disfrutarlos.

Gracias a la crisis hoy mi familia aprovecha los alimentos y cualquier material, porque hemos aprendido el valor real de las cosas, aprendimos a reciclar, reusar, y hasta reinventar. Haciendo con esto la adaptación de mi esquema mental a la realidad que vivimos, no es conformarme, es aceptar que hay cosas que no puedo controlar y por ello decido una mejor manera de hacerle frente.

Supongamos que te has vestido con ropa abrigada, pues anunciaron la llegada de las lluvias; pero sucede que al salir de casa observas un sol resplandeciente y sientes la alta temperatura del ambiente. ¿Qué harías tú? ¿Seguirías abrigado en medio de ese día tan caluroso o cambiarías tú vestimenta? La decisión está en tus manos, tú decides como vestirás, pero también serás responsable de tu sentir.

La crisis también me ha permitido observar la unión familiar, he podido ver familias que se unen para juntas crear nuevas formas de crecimiento, veo familias que surgen a través del apoyo entre sí. Quizás la crisis nos muestra que juntos somos más. Si todos vivimos la crisis desde la víctima, ¿Por qué a mí? No estás atento a la transformación maravillosa que este proceso puede hacer en ti.

Yo le agradezco a la crisis por permitirme soltar el control y encontrarme conmigo. Agradezco la posibilidad de crear vínculos de amor con quienes más se afectan durante este proceso; agradezco la oportunidad de estar en medio de la oscuridad para reconocerme como un ser de luz. Sin la crisis no hubiese descubierto a tantos optimistas, esperanzados y emprendedores.

Si tú también quieres agradecerle a la crisis, toma en cuenta:

Detenerte, respirar y establecer una conexión contigo.

Observa a tu alrededor, ¿Cómo eras antes de la crisis? ¿Cómo eres ahora?

¿Qué aspectos positivos puedes reconocer en ti, en este momento?

¿Cómo estás viviendo la crisis?




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