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EPA1597. HARARE (ZIMBABWE), 11/15/2017.- Un tanque vigila la entrada a las oficinas de la emisora estatal Zbc en Harare (Zimbabue) hoy, 15 de noviembre de 2017. Tres ministros del Gobierno de Zimbabue fueron detenidos hoy por los militares que han tomado las calles de la capital, Harare, asegura el diario independiente NewsDay. La tensión en Zimbabue empezó a aumentar en la tarde de ayer, después de que varios tanques fueran vistos en dirección a Harare, solo un día después de que el jefe de las fuerzas armadas del país, Constantine Chiwenga, advirtiera de que se tomarían "medidas correctivas" si continúa la purga de veteranos en el partido de Mugabe (de 93 años y en el poder desde 1980). EFE/ Aaron Ufumeli

Zimbabue inaugura el lunes una nueva página de su historia con la celebración de las primeras elecciones en casi 40 años sin Robert Mugabe, unos comicios que debería ganar su antiguo brazo derecho y sucesor Emmerson Mnangagwa.

A la cabeza del país desde su independencia en 1980, Mugabe, hoy de 94 años, fue empujado a renunciar en noviembre por los militares y por su propio partido, Zanu-PF.

Los generales y caciques del régimen instalaron en su trono a uno de sus allegados, el ex vicepresidente Mnangagwa, de 75 años, que espera confirmar en las urnas su autoridad en el país para los cinco próximos años.

Su principal rival es el joven líder del Movimiento por un Cambio Democrático (MDC) Nelson Chamisa, un abogado de 40 años que quiere encarnar el cambio y la ruptura con el antiguo régimen.

Respaldado por los militares, el partido gobernante y la prensa estatal, el jefe de Estado aparece como favorito ante un Chamisa que denuncia irregularidades.

«Emmerson Mnangagwa debería muy probablemente conservar el poder tras las elecciones del 30 de julio, lo que permite augurar un periodo de estabilidad política y de reformas económicas», anticipó, entre otros, el centro de análisis BMI Research.

Pero la publicación en la recta final de la campaña de un sondeo que da una diferencia de solo tres puntos -40% contra 37%- en intención de voto entre el presidente y su contrincante podría anunciar una contienda más reñida de lo previsto.

Si ninguno de los 23 candidatos -un récord- supera el lunes el 50% de los sufragios, habrá una segunda vuelta el 8 de septiembre.

– Renovación –

En las últimas semanas, Mnangagwa recorrió el país presentándose como el hombre de la renovación de Zimbabue.

«Ahora hoy el Sr. Nuevos Proyectos», declaró esta semana el presidente saliente.

A lo largo de su discurso, prometió una «nueva democracia» y miles de millones de dólares de inversiones que, según asegura, enderezarán una economía arruinada por la crisis y las reformas catastróficas de su predecesor.

Para propiciar el regreso de las empresas extranjeras a Zimbabue, Mnangagwa garantizó unas elecciones «libres, justas y transparentes», en ruptura con la violencia y el fraude que empañaron los comicios de la era Mugabe.

Salvo un atentado con granada dirigido contra el presidente saliente el mes pasado en Bulawayo (sur), la campaña fue generalmente tranquila.

Ambos rivales protagonizaron sendos actos de fin de campaña este sábado en Harare, en un último intento por captar votos.

«Lo único que queda ahora es tan solo un empuje para ir a votar el lunes, votar por el ZANU-PF y que tengamos una estruendosa victoria», declaró Mnangagwa ante sus simpatizantes, que llenaban cerca de la mitad del estadio nacional, con capacidad para 60.000 personas.

– Irregularidades –

Pero la oposición denuncia desde hace varias semanas irregularidades en la preparación de las elecciones.

«La Comisión Electoral es parcial (…) hubo una negación sistemática de los estándares internacionales en material de divulgación de material electoral», afirmó Nelson Chamisa en vísperas de las elecciones.

De regreso por primera vez a Zimbabue desde hace 16 años, las misiones de observadores electorales occidentales no han reaccionado por ahora a estas acusaciones.

«La comunidad internacional quiere unas elecciones que le permitan reconciliarse con Zimbabue», señaló a la AFP el analista Showers Mawowa, de la ONG Southern African Liaison Office. «Los intereses políticos y económicos son tales que primará la estabilidad del país».

A pesar de sus denuncias y temores, Chamisa se negó a boicotear los comicios, convencido de su victoria.

«Si perdemos nuestra oportunidad el lunes, estaremos perdidos porque el actual gobierno es incapaz [pero] nosotros somos el próximo gobierno, somos los ganadores, sin duda», exclamó el sábado ante más de 10.000 seguidores.




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