Hay que ver que los hermanos Castro Ruz, y sobre todo el mayor, Fidel, mandamases de Cuba y Venezuela, se la saben todas, o por lo menos casi todas, en cuanto a manipulación política nacional e internacional para continuar en el poder despótico.

El caso de Venezuela es notorio. Teledirigida desde La Habana, la hegemonía roja se echó al pico el revocatorio, resolvió posponer las elecciones regionales, tiene anulada la Asamblea Nacional, y encima tienen montando un teatro de diálogo –con participación de figuras afines y otras de buena pero equivocada voluntad—y todo el mundo político lo que habla es de eso, y con cierta o mucha perspectiva de chantaje, porque el que no esté de acuerdo con ese teatro, es calificado de partidario de la violencia sangrienta…

Teledirigida desde La Habana, la hegemonía roja se echó al pico el revocatorio

Y mientras tanto, la economía sigue su desbarranco caótico y poco se comenta al respecto en los ámbitos de la comunicación opinática. Cierto que muchos países tienen problemas económicos de gravedad, algunos de carácter coyuntural y otros de naturaleza estructural. Pero se pueden manejar y se suelen manejar con una buena dosis de sentido común, de responsabilidad y de creación de confianza interna y externa. La realidad de Venezuela es muy distinta.

Acá lo que hay es un caos que no tiene orillas ni asideros para poder encararlo con alguna posibilidad de éxito. Ningún especialista objetivo expresaría lo contrario. Algunos especialistas sí lo hacen, pero están subjetivizados por intereses económicos. La única “política económico-social de Maduro, es que suban los precios del petróleo, para tener un poquito más que repartir al pueblo pobre, y mucho más que depredar por parte de la plutocracia roja.

La desarticulación, el desorden, el abatimiento y las distorsiones son lo que prevalece, en una especie de sálvese quien pueda, salpicada de una masiva y ostensible corrupción. Para que esto pueda cambiar, es indispensable cambiar aquello que lo ha causado. Vale decir, la hegemonía que despotiza y depreda a Venezuela.

El caos económico es consecuencia del régimen político que impera, y lo primero no se resolverá si antes no se supera lo segundo. No hay otra. ¿Esto se considerará así en la llamada “mesa del diálogo”? Sinceramente, lo dudo. A lo mejor es un tema que ni se nombra…




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