Beatriz Rojas | @rojas_beatriz
Ciertamente está prohibido pernoctar en los alrededores de los supermercados para adquirir productos a precios regulados, pero si los números para acceder a los establecimientos se entregan a las 6:00 de la mañana, la gente está obligada a madrugar para obtenerlos.
Esto es lo que ocurre en el supermercado San Diego de la avenida Bolívar norte.
De acuerdo a lo indicado por un miliciano que custodia la cola, a las 6:00 de la mañana se entregaron 800 números para comprar harina de maíz y margarina. 300 fueron para las personas de la tercera edad, que forman su cola hacia el norte, y el resto para los demás compradores que se forman hacia el sur.
A quien llegaba después de esa hora se le indicaba que no tenía opción a comprar, porque sólo se le vendería a quienes tuvieran números. Sin embargo, algunas personas le restaban veracidad a la información.
“Eso es para que uno se vaya. Conmigo se equivocaron”, comentó una señora de avanzada edad que se sentó en la acera a esperar.
Este miércoles estaban unos trabajadores reparando la reja que unas personas derrumbaron el martes, por el mismo desespero de intentar entrar para abastecerse de alimentos. El número de efectivos militares que resguardan el orden se incrementó en gran medida.
Cerca del mediodía se había suspendido la venta, por cuanto las cajas no tenían sistema. Esto era un claro indicativo de que la mayoría de las personas tendrían que permanecer en los alrededores buena parte del día.
Carmen Camacho ya tenía 7 horas esperando. Unas amigas la llamaron para decirle que en supermercado Euromac de San Diego, había harina, arroz y lavaplatos. Le daban ganas de irse, pero pensaba que podía perder el chivo y el mecate, pues si el mecanismo de entrada era igual por números, no podría comprar nada a esa hora. Optó por seguir esperando.