Felícita Blanco
“No voy a quedarme callado, no tengo miedo, iré a donde tenga que ir para
defender la honestidad de mi hijo, vilmente asesinado por la policía”; expresó
entre lágrimas José Reinaldo Ávila, padre de Irvin José Ávila García (32),
ultimado en un presunto enfrentamiento con funcionarios del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Antímano.
Ávila García vivía en La
Bombilla, Petare, era miembro del Consejo Comunal de Las
Brisas, estudiaba el último año de administración de empresas en la Universidad Simón
Rodríguez, estaba en tesis, hacía pasantías en Seguros La Vitalicia y jugaba
softbol con tres equipos (Uniflex, Nohemí y Boster).
El jueves al mediodía fue a visitar a su novia Janely Ceballos, en Colinas
de La Esperanza,
sector Las Cumbres, Antímano, llegó en su moto, la guardó, entró a la casa,
donde la muchacha se disponía a preparar almuerzo, e irrumpieron 8 policías,
vestidos de civil de la subdelegación de Caricuao.
A la novia la sacaron a golpes de la vivienda, adentro Ávila suplicaba que
no lo mataran, juraba por su hija de 5 años que no era delincuente. Afuera se
aglomeraron los vecinos, le decían a la policía que lo radiaran (verificar si
estaba solicitado), se lo llevaran preso y lo investigaran primero. Al poco
rato lo sacaron envuelto en una sábana y lo trasladaron al hospital Pérez
Carreño. La novia estuvo detenida hasta la media noche.
-La policía está actuando fuera de la ley, voy a seguir adelante con esto
para que no se repita. Mi hijo era sano, no lo digo yo, lo dice toda la
comunidad.
De la vivienda donde se registró el presunto enfrentamiento, propiedad de
Rafael Crespo, presidente del consejo comunal, los funcionarios se llevaron
celulares, tablet, otros objetos de valor, dinero y alimentos.
Reinaldo Ávila ha recogido cuatro páginas con firmas de vecinos, que dan
cuenta de la inocencia de su hijo. “Tengo todas las pruebas, mi hijo no era
ningún extorsionador, como quisieron ponerlo en el Cicpc”, expresó.
En la morgue les indicaron que por ordenes superiores no podían entregarles
el cadáver “por nada del mundo”, ya que le iban a hacer reconocimiento post mortem.
Entre viernes y sábado habían sido ingresados 23 cuerpos a la morgue de
Bello Monte y van 389 del mes de junio.
