Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
Migdalia Peña se sorprendió. Iba parada en el autobús camino al trabajo cuando escuchó la conversación de otras dos señoras: “A 850 bolívares aumentó el Gobierno el pollo”, le dijo una a otra que rápidamente calculó que por uno pequeño de dos kilos tendría que pagar 1.700 bolívares. Pero las cuentas no parecían reales para la mujer que trataba de no caerse al agarrarse de uno de los asientos de la unidad en plena avenida Bolívar. Ella tuvo que desembolsillar mil 900 por cada kilo de un ave beneficiada el fin de semana pasado. Los números indican que el ajuste anunciado por el Ejecutivo está 55% por debajo del precio real en el mercado.
Para los comerciantes del rubro la providencia administrativa 042 de 2016 de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) no fue una sorpresa. Están acostumbrados a recibir incrementos inconsultos e insuficientes. Hasta la mañana del lunes, horas antes que el ente estatal publicara el aumento, los proveedores que surten el Periférico La Candelaria de Valencia le llevaban el kilo de pollo en 1.710 bolívares, a los que le deben sumar los costos operativos y margen de ganancia que provocó que Migdalia pagara uno de tres kilos en Bs. 5 mil 700.
“Los precios no se ajustan a la realidad”, alertó el presidente de la Asociación de Expendedores del mercado, Humberto Flores. Incluyendo todo lo referente con el deshuese, pago del personal, servicios públicos y alquiler, era imposible ofrecer a los consumidores una mejor oferta. Por eso el kilo de pechuga con hueso que de acuerdo a la Sundde debe venderse en 1.120,88 bolívares se exhibía en 2 mil, 44% sobre la regulación. Lo mismo sucede con la milanesa que no consigue en los frigoríficos por debajo de dos mil 400 bolívares, 39% por encima del nuevo precio controlado de mil 457,15 bolívares.
Los cálculos son negativos también en el caso del muslo que se ofrece en los establecimientos en 1.900 y el Gobierno espera que se venda en 894, 32 bolívares el kilo. Y las alas, que se pagan en 750, fueron reguladas en 447,56 bolívares. En todos los casos el desfase se mantiene.
Escasez en puertas
Las neveras de los comercios del Periférico La Candelaria están libres del rubro. Los proveedores, la mañana del martes, indicaron que estaban esperando la nueva lista de precios desde los mataderos y que la distribución estaba paralizada por los momentos.
“Ellos no están cargando nada porque quienes se dedican a la cría de los animales en las granjas no están dispuestos a trabajar a pérdida”. La providencia también establece que a puerta de granja el kilo de pollo debe venderse vivo en 601,09 bolívares, 64,85% por debajo de los 1.710 que llega a los comercios. “Las estructuras de costos reales no se tomaron en cuenta para los ajustes”.
El problema en las granjas obedece a la escasez de alimento concentrado para las aves y los altos precios de lo poco que se consigue. Representantes del sector no esperan que el suministro de este producto se normalice con el incremento que también se hizo el lunes 23 porque “la crisis es por falta de insumos importados para su elaboración y no de precios”.
50% menos ventas
Durante lo que va de año las ventas se han venido a menos. Flores relató que antes cada establecimiento del lugar lograba vender 10 cestas de 16 kilos cada una de pollo en dos días. Son números que se han reducido a la mitad al solo salir de cinco cestas en un promedio de cuatro días.
Todo como consecuencia de los altos precios y el mermado poder adquisitivo de la población. “Cada vez es más difícil vender y comer”.
Aumento en espera
En un semana se cumple el primer año de la congelación de lo precios actuales de la carne. En teoría, la de primera debe venderse a los consumidores en 2 mil 520 bolívares el kilo. Pero la realidad indica que en canal les llega a los comerciantes en 2 mil 500 bolívares en canal, a lo que deben agregarle pérdida en kilos de 30% en deshuese y sumarle los costos operativos.
Actualmente en el mercado se consigue el kilo de carne entre 3 mil 700 y 4 mil bolívares y se espera que el ajuste que se haga esté cerca de esos montos. De lo contrario habrá escasez si las fiscalizaciones se intensifican porque el sector no puede trabajar a pérdida.
