Bring me some luck, NFT available at objkt.com - Luis Cabrera, 2022

Por: Luis Cabrera / @salteveneno

Los curadores poseen un rol protagónico en la escena cultural. Sin embargo, pareciera que su figura poco a poco se ha ido desvaneciendo por motivos de distinta índole.

Cuando se programa una muestra, quien se encarga de la organización y desarrollo de la producción es el curador, estableciendo un criterio para la selección de piezas a través del discurso narrativo o conceptual percibido a través de la interacción entre las obras.

El curador es un investigador. Su labor va más allá de las salas expositivas. Estudia y conoce los géneros artísticos, la contemporaneidad, los materiales, y referentes que sitúan al autor y su obra en el espectro de tiempo-espacio de su respectiva disciplina artística. Además, plantea aportes en cuanto a la conservación, divulgación, y pervivencia de las obras, sus ejes temáticos y materiales utilizados.

Cuando el artista trabaja al lado del curador, éste último le brinda asesoría sobre la selección de las obras, búsqueda de referentes, redacción de sinopsis, y le recomienda los espacios expositivos o salones donde la obra logre tener el impacto que merece dadas sus características y discurso.

El eslabón más sólido entre el artista y los espacios expositivos es el curador, así como entre el artista y el coleccionista. Existen coleccionistas de gran criterio y conocimiento, por supuesto, pero no son la regla. Lo más recomendable sería acudir a un curador quien de acuerdo a lo que están buscando, les plantea un abanico de opciones de artistas u obras que según sus investigaciones tienen un lugar asegurado en la contemporaneidad, resguardando el valor de su inversión.

Si hablamos del ecosistema NFT, el artista se convierte en creador y curador, escenario que no es tan beneficioso como pareciera. La labor del curador se hace necesaria. Son muchos los aportes que se pudiesen lograr con la incorporación de esta figura con el mismo grado de compromiso que ha tenido históricamente con los espacios expositivos, prestando asesoría al artista en cuanto a:

● Selección de piezas a ser minteadas en una colección de acuerdo a criterios estéticos, técnicos, y conceptuales.

● Selección de marketplace donde las obras tengan mayor oportunidad de ser vistas por coleccionistas interesados en adquirir piezas con esas características.

● Escribir reseñas sobre la colección para ser compartidas a través de redes sociales y medios tradicionales.

● Organizar eventos para dar a conocer la colección en actividades presenciales, en espacios museísticos que estén interesados en los NFTs.

● Administrar base de datos de coleccionistas físicos que pudiesen estar interesados en hacer una incursión a los NFTs.

● Educar tanto a artistas como a coleccionistas en función de crear un entorno NFT más seguro y con mayor profundidad conceptual.

Hay cierta resistencia entre curadores por los NFTs. Se entiende. Existe una natural aversión a lo desconocido, además comenzar a estudiar sobre un entorno tan joven, implica un tiempo y costo de inversión en ponerse al corriente. Pero es un mercado que ofrece una nueva alternativa a los artistas de llegar a otras audiencias, y a coleccionistas de descubrir a artistas que no estaban en el radar del sistema museístico. El curador bien puede asumir su rol y convertirse en un asesor con todas las credenciales para brindarle mayor confianza al ecosistema NFT.




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