La Cámara de la Construcción de Carabobo (CCEC) celebra este lunes 11 de enero su aniversario 46, ratificando el compromiso con el estado y apostando a la reinvención, en medio de las dificultades que afronta este sector ante la pandemia de COVID-19 y el contexto económico adverso por el que atraviesa Venezuela.
El presidente de la institución, Germán Rodríguez, señaló que pese al difícil momento por el que atraviesan las compañías de construcción, este gremio se mantiene firme y dispuesto a “seguir construyendo”, tal y como lo ratifica el slogan de la cámara regional.
«Son más de cuatro décadas de presencia activa en Carabobo. Son más de cuatro décadas llevando propuestas que impulsen desarrollo. A todos los que han sido parte de esta historia, gracias en mayúsculas», dijo el representante gremial.
Rodríguez recordó que la cámara fue fundada en la entidad carabobeña por un grupo de empresarios que creyó en la importancia de la asociatividad como factor de progreso. «Los cambios que hemos vivido nos han llevado a reinventarnos como institución de forma exitosa«.
Entre los planes de este año destacan la consolidación de los planes de alianzas institucionales y formativas. También se espera la renovación de la directiva de la CCEC. «Creemos en la democracia y renovación de liderazgo en las instituciones, así como en la formación como herramienta de futuro», expuso Rodríguez.
95% de paralización del sector
No solo en Carabobo, sino también en el resto del país, el sector de la construcción ha venido reportando una contracción sostenida durante los últimos años. En 2020, para el comienzo de la cuarentena, solo 5 % de la industria en la entidad estaba operativo, de acuerdo a datos de la CCEC.
Aunque 95 % de paralización se interpreta como una cifra negativa, el porcentaje restante representaba la sobrevivencia de esas pocas empresas que aún estaban invirtiendo en el estado, pese a todas las condiciones adversas. Sin embargo, de marzo a junio estuvieron paralizadas esas obras y el golpe fue bastante severo.
Solo el 5 % que se mantenía activo era el equivalente a entre 10 mil a 12 empleos que también se detuvieron. “Nosotros luchamos, emitimos diferentes comunicados y propuestas de protocolos de bioseguridad para que nos permitieran trabajar, y lo logramos, pero después de tres meses”, aseveró Rodríguez en entrevista previa con El Carabobeño.