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Foto: Francis Tineo

Entre marzo y lo que va diciembre, aproximadamente 400 profesionales de la enfermería han abandonado sus puestos de trabajo en los centros de salud de la entidad  carabobeña debido a las precarias condiciones laborales y la falta de garantías en caso de contagiarse con COVID-19.

Durante el último trimestre, al menos un centenar de enfermeros y enfermeras han suspendido sus labores, se han desincorporado o han renunciado a ambulatorios y hospitales en el estado. “Muchos estaban esperando cobrar las utilidades para irse”, informó a El Carabobeño el presidente del Colegio de Enfermería del estado Carabobo (CEEC), Julio García.

Este jueves 17 de diciembre García presentó el estudio Condiciones de trabajo, la Lopcymat, y riesgos psicosociales, mediante el cual fueron consultadas las condiciones laborales de 11 hospitales y 20 ambulatorios de Carabobo y cuyos resultados, aseguró, reflejan bien la realidad de los trabajadores del sector salud.

El sondeo reveló que el 80% de los centros de salud carabobeños no suministra a su personal las mascarillas especiales N95 para prevenir la propagación de la COVID-19. 70% no entrega ni siquiera las mascarillas quirúrgicas tradicionales y 50% distribuye tapabocas reusables de tela, que no son los apropiados para los trabajadores sanitarios, tomando en cuenta la exposición al virus que deben enfrentar a diario.

En ocho de 11 hospitales no se les garantiza a los médicos ni al personal de enfermería las pruebas de diagnóstico de COVID-19. Además, en nueve de las 11 instituciones de salud estudiadas no les aseguran el tratamiento necesario para combatir la enfermedad en caso de contagiarse.

Actualmente, según el informe, no existen en ninguna de las instituciones sanitarias regionales servicios de seguridad y salud laboral. Para la atención de los trabajadores del sector sanitario, predomina la autogestión, “aunque el salario no les alcanza ni siquiera para comprar un analgésico”. Tampoco pueden acceder al sistema de atención médica privado porque se les hace imposible adquirir un seguro HCM.

De los 20 ambulatorios consultados, 17 reflejaron que no cuentan con agua potable para el consumo. Además, de los 11 hospitales la mayoría no cuenta con agua a través de tuberías y cuando llega, es de forma intermitente. “Es una situación muy delicada y alarmante porque se trata de un servicio necesario para el manejo y control de infecciones”, denunció el representante gremial.

En cuanto al funcionamiento de los servicios de diagnóstico, del grupo de hospitales encuestados solo tres cuentan con radiología. Pero cuando se trata de pruebas especiales, como las de bacteriología o gasometría arterial, no hay en ninguno. “Son servicios fundamentales que deberían existir en todos los hospitales”.

Los pocos profesionales de la enfermaría que se mantienen en los centros asistenciales, lo hacen por vocación. El vocero del CEEC detalló que muchos sobreviven con un subempleo o “rebusque”, como la venta de tortas, tetas, entre otros productos en sus casas o en los hospitales.

Por su parte, el profesor de Relaciones de Trabajo de la Universidad de Carabobo, Héctor Lucena, quien es co autor del estudio, sostuvo que el sector salud es uno de los más afectados por la diáspora y las consecuencias de esto en el sistema de salud público venezolano son complejas, porque se trata de una población cuyo proceso de formación toma mucho tiempo.

 




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