Las figuras religiosas se encuentran decapitadas o destrozadas en su mayoría por la delincuencia (Foto Richard Tineo)

Elmiro Peña está sentado en una de las tumbas del Cementerio Municipal de Valencia. El espacio, que anteriormente era de mármol negro, hoy está desvalijado casi en su totalidad.

La mayoría de las lápidas del camposanto ha sido ultrajada por grupos delictivos que aprovechan la poca vigilancia del lugar para cometer sus fechorías, comentó Peña, un trabajador cuyo nombre fue cambiado por motivos de seguridad.

A la delincuencia se le suma la santería 

A la delincuencia se le suman los santeros, quienes han profanado varios cadáveres para hacer rituales con sus huesos y dentadura, señaló con indignación el empleado. «Aquí hacen brujerías todo el tiempo, váyase para allá y vea con sus propios ojos que lo que le estoy diciendo es verdad» apuntó a la periodista.

Bajo la sombra de un árbol, adyacente al sarcófago del «Negro Antonio», está un grupo cuantioso de personas que practica la santería. Fuman tabaco, prenden velas y dan ofrendas a los restos de un hombre, al cual se le atribuyó un sinfín de muertes en Carabobo.

En lo más de 30 años que lleva laborando, Peña no había visto algo similar. Los robos comenzaron en la gestión de Edgardo Parra, período en el que presuntamente los funcionarios policiales encargados en custodiar el lugar se llevaban granito, mármol, hierro y demás materiales de las tumbas, bajo la mirada indiferente del ex mandatario municipal. «Ahora, las ceremonias santeras empezaron hace un poco más de un año. Me parece un irrespeto tanto para el difunto como para sus familiares que ellos saquen el cuerpo sólo por practicar lo que ellos llaman su religión»

Tumbas de personajes insignes de Carabobo también han sido profanadas. Este es el caso de la de Hermógenes López, el general que fue presidente encargado de los Estados Unidos de Venezuela.

Personas que se identifican con la santería, realizaban rituales cerca de la tumba del Negro Antonio (Foto Andrés Galindo)

FIGURAS RELIGIOSAS 

Las imponentes figuras religiosas que aún se observaban en el sitio están destrozadas. Los ángeles de mármol fueron decapitados, al igual que la mayoría de los crucifijos, rotos en pedazos por desconocidos.

Peña presume que es el mismo grupo de santeros, pero no puede afirmarlo. A su juicio, estás prácticas tienen al país en la oscuridad, por lo que pidió mayor atención a estos casos de parte de la Alcaldía de Valencia, responsable del cementerio.

PATRULLAS POLICIALES 

La patrullas policiales dispuestas en el lugar están inoperativas. Una de ellas tiene los cauchos espichados.

Los funcionarios no realizan recorridos rutinarios. Alegan falta de equipos. «Ellos también roban. Aquí hubo un caso en donde agarraron a uno hurtando y no se supo más nada de eso» aseveró Peña.

 

 

 




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