Para quien vive soñando la vida se hace una constante aventura, por medio del disfrute que otorga la recreación de imágenes de lo que en algún momento quisiéramos tener o ser. Y pasa, que algunas personas permanecen en la fascinación de crear sueños alcanzables o inalcanzables, sueños que le permiten despegar los pies del suelo para volar con las alas en el cielo. Coleccionar sueños es como ir armando un proyecto de vida con objetivos claros y unos no tanto, pero con la determinación de que hay metas que se quieren lograr.

Me pregunto, qué sucede sí en el camino propio de vivir nos damos cuenta que, hemos construido centenares de ideas o sueños, y que solo han sido eso “sueños” un montón de ideas que navegan en nuestra mente y aún no se han realizado, ahora bien, ¿Por qué? Cuál es el motivo que no permite dar ese paso que sigue luego de crear, es decir el hacer.

¿A que le temes? ¿Acaso no crees en tus sueños? O te la pasas pensando ¿Y si no funciona? ¿Y si no me siento bien? Muchas veces nuestros deseos se quedan plasmados en el espacio porque los limitamos desde nuestros pensamientos y es por eso que nos convertimos en coleccionistas de sueños, soñadores que no descansan pero que no ven los resultados de lo que crean.

Un hacedor de sueños es aquel que tiene la capacidad de crear una idea, pero además de ello evalúa y piensa como es posible lograr cada uno de sus objetivos, desde lo palpable, lo que se puede ver, pero principalmente un hacedor confía fielmente en sí mismo por ende cree en lo que es capaz de crear. La gran diferencia entre los soñadores y los hacedores radica que en los últimos no divagan en el espacio, despegan los pies del suelo para volar hacia un destino específico a través de elementos que lo ayuden a dirigir su vuelo.

Soñar es el proceso de fabricación, hacer es el proceso de terminación de eso que fabricaste en un inicio, si tu idea no es ejecutada, si no la llevas al plano físico no es más que una ilusión y si tu vida está llena de ilusiones posiblemente te sientas insatisfecho.

Es por ello que, te recomiendo trazarte un objetivo, piensa en algo que te gustaría lograr, luego pregúntate:

¿Cómo puedo lograrlo?

¿Cuándo puedo empezar?

¿Dónde lo lograré?

¿Quiénes pueden apoyarme?

Una vez que hayas encontrado las respuestas, recuerda delimitar el tiempo para llevar a cabo ese sueño. De esta manera, dejarás de coleccionar sueños y experimentaras hacerlos realidad.

 




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