El primer cargamento de Abdala, la primera vacuna anticovid creada y producida en América Latina y el Caribe, llegó a Venezuela el pasado junio y un segundo de 900.000 dosis fue enviado a principios de octubre pasado.
En aquella ocasión la vicepresidenta ejecutiva de esa nación suramericana, Delcy Rodríguez, agradeció su incorporación al proceso de inmunización de Venezuela, y anunció la suscripción de un contrato por 12 millones de bulbos de ese fármaco cubano.
Abdala, con una pauta de tres dosis, demostró una eficacia del 92,28 por ciento ante la enfermedad.
Junto a las vacunas Soberana 02 y Soberana Plus, son las tres aprobadas por la autoridad reguladora de la isla y actualmente se encuentran en los trámites para su inclusión en el listado de uso de emergencia de la Organización Mundial de la Salud.
Durante una visita a Venezuela a mediados de octubre, el viceprimer ministro de Cuba, Ricardo Cabrisas, revisó con autoridades de ese país los convenios de cooperación bilateral en materia de salud.
La Cancillería de Caracas dijo entonces que, con la pandemia de covid-19, la alianza entre ambas naciones se ha extendido al envío de vacunas.
Además de Venezuela, otros países como Nicaragua, Irán y Vietnam también administran a su población vacunas creadas por instituciones científicas cubanas para enfrentar el coronavirus.
Cuba y Venezuela se convirtieron en estrechos aliados políticos y económicos tras la llegada del fallecido presidente Hugo Chávez al poder en 1999 en el país suramericano y las relaciones se han mantenido durante el Gobierno de Nicolás Maduro.
Ambos Gobiernos mantienen desde 2001 un amplio convenio de cooperación por el que Cuba recibe crudo a precios preferenciales a cambio de servicios profesionales en Venezuela, fundamentalmente en las áreas de salud y educación.
