El asesinato de dos desmovilizados este fin de semana se sumó a la denuncia hecha este lunes por el partido Comunes del crimen de otro excombatiente de la guerrilla de las FARC en Arauca, departamento limítrofe con Venezuela e inmerso en las últimas semanas en una nueva espiral de violencia.
Se trata de John Jairo Villar Vargas, que formaba parte del Programa Presidencial de Reincorporación y resultó asesinado en la cerca de la ciudad caribeña de Santa Marta, y de Leonardo Martínez Muñoz, al que dispararon en San José del Fragua, en el departamento de Caquetá (sur).
Villar Vargas terminó asesinado el pasado sábado, según reportó el Instituto de Desarrollo de Estudios para la Paz (Indepaz) en la vereda (zona rural) Matogiro, en una carretera sin pavimentar que desemboca en Santa Marta.
Confluencia de paramilitares y guerrilleros
En esta zona tienen presencia las paramilitares Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC o Clan del Golfo) y el grupo criminal Los Pachencas. Allí los líderes o firmantes del acuerdo están especialmente en riesgo, según advirtió en una alerta temprana la Defensoría del Pueblo.
Por su parte, Martínez Muñoz murió tras recibir un ataque con disparos en un bar del barrio el Centro del municipio de San José del Fragua, donde hay una disputa del territorio entre las AGC y varias disidencias de las FARC, entre ellas la Columna Móvil Jaime Martínez, que ha asesinado este año a varios líderes indígenas en el departamento vecino del Cauca.
Estos dos firmantes se unen a Juvenal Ballén Gómez, asesinado en Saravena, Arauca. Él resultó el primer exguerrillero asesinado en 2022 y su crimen «ocurrió en el departamento más militarizado del país», según dijo Comunes, nombre del partido de las antiguas FARC.
Son los tres primeros asesinados en 2022, en acontecimientos sucedidos en apenas 48 horas, mientras que desde la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC han sido asesinados 302, según el reporte más reciente de Indepaz. EFE
