El muy transitado y usualmente congestionado bulevar Constitución, en el casco histórico de Valencia, lució este viernes 25 de diciembre totalmente desierto.
Hoy se mostraba muy diferente a los días previos a la Navidad, cuando el furor de las compras para las fiestas competía con total ventaja con las normas sanitarias propuestas por las autoridades para evitar la propagación del COVID.
Finalmente, el llamado a quedarse en casa tuvo asidero. Pero no hay que engañarse. Esta vez, no el temor al contagio del virus sino el trasnocho por las celebraciones y las santamarías abajo han tenido que ver con la absoluta ausencia, a pesar de la flexibilización decretada para este mes en todo el país.