Con una gran variedad de ecosistemas, el sur de Ecuador resulta un paraíso para los anfibios donde hay muchas especies endémicas, otras de aparición misteriosa en zonas que no les corresponde, y unas más que están en peligro de extinción.

Sostiene un estudio de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) que, en conjunto, “poseen más de 26 mil especies de plantas que representan el 10% de las que hay en el planeta y cuenta con más de 1 mil 600 especies de aves, 350 especies de reptiles, 400 de anfibios, más de 20 mil de mariposas y 324 de mamíferos, entre otras”.

Estas especies están distribuidas en cuatro regiones: Costa, Sierra, Amazonía y Galápagos.

Además, añade que la provincia de Loja (sur) se caracteriza por ser una de las zonas con mayor diversidad natural, con la presencia de más de 3 mil especies de plantas, 93 de mamíferos, 382 de aves, 42 de reptiles y más de 51 de anfibios, según publica EFE.

Científicos colaboran con la naturaleza

Reporta la agencia EFE que Diego Armijos, director del proyecto de “Conservación de anfibios en el área clave de biodiversidad Abra de Zamora”, que Loja y su vecina provincia amazónica de Zamora Chinchipe, ambas fronterizas con Perú, poseen el nivel más alto de endemismo en anfibios.

El Grupo de Investigación “Laboratorio de Ecología Tropical Servicios Ecosistémicos” de la UTPL ejecuta desde julio pasado ese proyecto de conservación en esa área, foco de biodiversidad.

Se conoció que el proyecto se desarrolla con financiación de Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos, que es una iniciativa conjunta de la Agencia Francesa de Desarrollo, de Conservación Internacional, de la Unión Europea, del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, del Gobierno de Japón y del Banco Mundial.

Armijos recordó que, en los años setenta, científicos de Estados Unidos encontraron en la zona especies “novedosas” de anfibios, pero de algunas no hay “registros desde hace muchos años”.

“Algunas de ellas ya no las hemos podido encontrar, al parecer ya están extintas. Hemos realizado un esfuerzo de búsqueda grande”, anotó al agregar que, aunque no lograron hallar todas las especies claves que buscaban, localizaron 28, doce de ellas nuevas.

De las 28, al menos siete están en alguna categoría de riesgo desde “casi amenazada” hasta en “peligro crítico”, alertó.

Rana cristal, una joya del lugar

Por otro lado, una salamandra, una rana marsupial, ocho conocidas como ranas de lluvia y dos de cristal figuran entre la docena de especies nuevas de anfibios halladas en la zona, enumeró el experto y máster en Zoología y Ecología Animal.

Aunque a la rana de cristal se la puede encontrar en las estribaciones de los Andes hacia abajo y no hacia el occidente u oriente, los expertos se sorprendieron al hallarla “en un sector bastante alto, casi a los 2 mil 900 metros sobre el nivel del mar, ya que no son típicas de este tipo de ecosistemas”, apuntó.

“Las ranas marsupiales y las de lluvia evolucionaron y desarrollaron ciertas adaptaciones para vivir en la Cordillera de los Andes”, pero se desconoce cómo llegaron las de cristal, dijo. (EFE)

Además, sólo han logrado ver renacuajos de una de las dos especies halladas de la rana de cristal.

De vientre transparente que permite ver el corazón y el estómago, entre otros órganos internos, las ranas de cristal son verdes en su parte superior y miden unos cuatro centímetros.

Es “una sorpresa la cantidad de especies que todavía están por describir en esta zona, sobre todo, porque son lugares que, desde los años 70 resultaron explorados por expediciones científicas”, dijo al reconocer, no obstante, que antes las zonas de investigación eran más restringidas.

Fauna endémica

Finalmente, el Abra de Zamora comprende una franja de cerca de dos kilómetros de ancho, desde la zona urbana de la ciudad de Loja hasta “El Tambo”, ubicado en la mitad del camino en la carretera Loja-Zamora.

En la zona hay un páramo “diferente al de cualquier otra parte del mundo” y empieza desde los 2 mil 800 metros, cuando normalmente están a unos 3 mil 300 metros.

“No son páramos de pajonal, son de una vegetación arbustiva, muy particular, que dio origen a una fauna endémica”, comentó antes de asegurar que en todo el sur de Ecuador hay un alto endemismo, pero está amenazado por la contaminación, proliferación de pastizales y construcción de carreteras, entre otros.

Si esos males se extienden, peligran varias especies, entre ellas las ranas que, más allá de cumplir un papel ecológico, tienen un “potencial enorme” en la farmacología.

“Hay algunos medicamentos que se han sacado a través de principios activos que tienen las ranas en su tejido cutáneo”, dijo al especular que posiblemente en la piel de esos pequeños anfibios “hay curas para enfermedades que todavía, tal vez, ni han aparecido”.




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