A nivel financiero internacional se sigue dando vueltas al tema de implementar una moneda alterna al dólar para el pago del comercio internacional. La asociación de países divergentes conocida como BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica sigue adelante con su empeño de promover “otra vía” para sufragar el intercambio económico global y la prensa internacional no deja de reseñarlo casi a diario. Y aquí nos referimos a la prensa occidental, como la BBC, Bloomberg, DW, Reuters entre otros de similar prestigio.

Los avances generalizados de China en América del Sur y su más reciente coqueteo con Argentina y Brasil nos hacen ocuparnos nuevamente del tema para tratar de ponerlo en perspectiva, ya que es una pregunta recurrente en los corrillos profesionales. Ya su influencia en México es importante y su presencia en Nicaragua y Venezuela es muy conocida. Ahora bien, ya antes hemos escrito al respecto. Debemos preguntarnos qué representa el referido bloque en el contexto económico mundial para entender su verdadera capacidad de maniobra, más allá de la archiconocida decisión de los sinos de abrirse paso en todos los continentes.

Del PIB mundial, ya por encima de los 100 trillones de dólares según el último reporte del FMI, el bloque BRICS representa el 26%, justo lo mismo que aportan los Estados Unidos. Europa occidental aporta otro 23%. El mero tamaño de la economía China le permite un alto índice de participación comercial pero a costa de una competitividad todavía muy baja, ocupando el puesto 21 a nivel internacional. India el 40 , Brasil 60 y Sudáfrica 61. Rusia no fue considerado en el estudio anual del Instituto para el Desarrollo Gerencial IMD. La competitividad de los Estados Unidos está a la cabeza de las grandes potencias y en el puesto 9 en general.

La economía americana es totalmente abierta y su moneda circula libremente, sin restricciones de ningún tipo. Se trata de un sistema fiduciario, basado en la confianza que ofrece a los actores mundiales su tamaño, apertura, manejo y solidez. La economía China por el contrario es cerrada, centralizada y altamente regulada, al punto que resulta muy difícil la apertura y movilización de cuentas en divisas en territorio continental. Brasil es igualmente cerrado a los movimientos de capital y no auguramos grandes aportes de los rusos en este campo. La India tiene lo que ellos mismos denominan una política macroeconómica “de prudencia” en el manejo de los flujos de capital.

El banco de desarrollo multilateral del bloque BRICS conocido actualmente como Nuevo Banco de Desarrollo NDB, fundado hace menos de 10 años, fue concebido para apoyar proyectos públicos o privados a través de préstamos, garantías, participación en el capital y otros instrumentos financieros con aportes de fondos de sus fundadores. Podrán ustedes creer que tan recientemente como junio del 2023 el NBD estaba buscando financiamiento internacional en dólares para cubrir sus déficits operativos, que sus socios no cubren. Como escribía en la pizarra mi profesor de matemáticas en bachillerato, quod erat demonstrandum, LQQD.

Las iniciativas comerciales y de infraestructura con financiamiento chino no van a cejar, ya que la política de estado de largo plazo del gigante rojo es socavar la influencia de americanos y europeos en la economía mundial y bastantes recursos tienen para ello. Que logren acuerdos bilaterales con los argentinos y los brasileños, así como algunos países africanos, para cobrar sus exportaciones en renmimbis no es de extrañar. De ahí a que vayan a crear un mecanismo exitoso y transparente de pago para el comercio internacional falta un largo trecho.

Aquí la palabra clave es confianza, o la falta de. Con alabadores y detractores, el mundo tiene ya varias décadas reconociendo la capacidad de los yanquis para mantener el orden financiero en las transacciones globales, con absoluta transparencia. Acciones como la locura rusa en Ucrania, la forma como los chinos removieron al expresidente Hu Jintao de la última ceremonia del congreso del partido comunista, la tristemente recordada masacre de Tiananmen o el simple hecho de que sea la destituida expresidente de Brasil doña Dilma Rousseff la actual presidente del Nuevo Banco de Desarrollo NDB nos recuerdan por qué estos actores no se granarán “por ahora” la confianza del comercio mundial. Como diría el profesor Satine, lo que quería demostrar.

Dr. Guillermo Mendoza Dávila
guillermomendozad@gmdconsultor.com

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