Salir adelante personal y deportivamente es la meta. Los atletas, padres y entrenadores de la escuela de fútbol menor Libertador FC, en el sector 5 de la Vivienda Popular Los Guayos se esmeran por ayudar a los pequeños a cumplir sus sueños y esperanzas a pesar de la falta de recursos.

‘‘No vivo de esto. Yo lo hago adhonorem prácticamente, porque tengo niños de bajos
recursos y no tengo la ayuda del gobierno regional y mucho menos del municipal. Lo
único que pedimos es una ayuda’’. Douglas Zambrano es el entrenador del
semillero futbolístico juvenil en la comunidad, una escuela que pese a que tiene más de 20 años de trayectoria, necesita del aporte de representantes, vecinos de la zona y algunos emprendedores que deciden apoyar a los jóvenes con aportes de cualquier tipo, en especial de implementos deportivos.

Durante la pandemia tuvieron que reinventarse. Eran comunes los carretes de hilos zapateros, botellas plásticas llenas de arena y un poco de ingenio para
lograr un constante progreso a la altura con miras a las competencias.

A Zambrano un día se le acercó un niño. «Me dijo que que no iba a entrenar porque no había comido y eso fue lo que más me motivó a hacer esto. Aquí hay mucha necesidad, hay muchos niños que vienen sin desayunar. Aquí la alcaldía no apoya, simplemente se acercan aquí cuando hay elecciones. De verdad que no cuento con ellos’’.

Las vivencias de los padres

Para un representante, ayudar a cumplir las expectativas y metas de sus chicos es lo más
importante, aún si estos requieren de mucho esfuerzo. Muchos deciden donar una parte de su corazón y de su tiempo en tan preciosa tarea: Esa es la verdadera satisfacción.

El municipio Los Guayos no es la excepción. Los papás hacen hasta lo imposible para apoyar no solamente a sus hijos, sino también a la escuela de fútbol Libertador FC, que no tiene ningún tipo de ayuda ni ingreso, más que las colaboraciones que logran obtener.

Luis Natera, padre de uno de los jugadores del equipo, recordó que ‘‘a cuenta gotas» hace
un mes compraron un balón. «Necesitamos comprar implementos, uniformes. Con frecuencia nos sentimos apretados, uno hace el esfuerzo, pero es difícil. Estos chicos tienen buen futuro pero les falta apoyo.

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En la escuela Libertador FC hay niños que no poseen zapatos para entrenar o jugar y tienen que pedir prestado. Otros gastan todo lo que tienen en pagar el arbitraje de un torneo. ‘‘Te digo con sinceridad que no hemos tenido ningún apoyo. De hecho, están pidiendo colaboración para pintar la cancha. Aquí no viene la alcaldía para hacer una remodelación o para acomodar las instalaciones. Aquí hay cuatro escuelas y entre
todas aportan su granito de arena y es así como, poco a poco, los jóvenes se van formando’’.

Un sueño duro de alcanzar

Un balón, esperanzas e ilusión. Así ven la vida estos chicos que buscan con ansias esa mínima oportunidad para colarse en el mundo profesional, dar lo mejor de sí,
hacer muchos goles y resaltar en un partido por la calidad y la energía que se
demuestra dentro del campo.

Pero el llamado a la cancha no es fácil. Mariana Herrero, arquera del combinado femenino de Libertador FC, contó parte de su vivencia. «Mayormente entre el equipo compramos dulces, los vendemos y de ahí sacamos los fondos para pagar los torneos, ya sea el arbitraje o los pasajes. Nosotras encargamos los dulces, cuadramos un horario, por lo general al mediodía por los estudios y esas cosas, y salimos a vender por acá mismo entre los vecinos y la comunidad. Hacemos eso para que podamos ir a todos los juegos’’.

Con una sonrisa, Mariana recuerda que ha estado varias veces en los módulos de la selección de fútbol, pues el balompié es lo que más le llena de emoción y adrenalina. Su mayor objetivo es jugar con las grandes, al igual que sus compañeras
que siguen los mismos pasos.

También se queja: ‘‘Deberíamos tener todos los implementos que se utilizan en el fútbol pero no contamos con todos juntos, sino con lo poco que podamos obtener de los fondos que recogemos’’.

Al finalizar el día, la joven se retiró a su casa, no sin antes lograr detener 17 pelotas de un total de 19 disparos lanzados.




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