Uno quisiera creer que la mayoría de los venezolanos saben quiénes eran Reynaldo Hahn, Teresa Carreño, o quiénes son las dos estrellas venezolanas que hoy brillan en la constelación de la música: Gabriela Montero y Gustavo Dudamel. Es que Venezuela ha visto nacer músicos de altísima categoría, y hoy en mayor número gracias a la no suficientemente reconocida labor de José Antonio Abreu y otros, que han fomentado el arte de Euterpe en el país. Y es que ya en 1771 se fundó la llamada Escuela de Chacao, de donde salieron, de la mano de Juan Manuel Olivares y el sacerdote Pedro Ramón Palacios y Sojo, también conocido como Padre Sojo, compositores y ejecutantes de instrumentos que dieron vida a la cultura musical de la época colonial.

Hoy, músicos venezolanos forman parte de afamadas orquestas en varios continentes, y el llamado Sistema Nacional de Orquestas creado por Abreu es copiado por muchos países de América, Asia y Europa. Y una de las más destacadas pianistas del mundo es nuestra Gabriela Montero, quien acaba de ser aclamada por “Performance Today” como la “Mujer Clásica del Año” 2023. Este premio anual reconoce a las mujeres que han hecho contribuciones significativas a la forma de arte de la música clásica y han inspirado a los amantes de la música generalmente etiquetada como “clásica”. O sea, la que no es reguetón ni mucho menos funk, hip hop o perreo, si es que puede llamarse música a tanta muestra de vulgaridad y ordinariez.

Gabriela Montero, según se puede leer en sus biografías, comenzó sus estudios de piano a la edad de 4 años, y 0debutó como concertista a los 8, lo que le valió una beca para estudiar en los Estados Unidos, y luego en la Royal Academy of Music en Londres. Los más exigentes críticos del arte han elogiado su talento, como uno en el New York Times: “sus interpretaciones tienen todo: brío rítmico crepitante, sombras sutiles, poder acerado, lirismo conmovedor, expresividad poco sentimental”.

Y Gustavo Dudamel es un brillante director de orquesta, de fama mundial y que acaba de ser nombrado director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, quizás la más prestigiosa del mundo después de la de Berlín.

Entre Dudamel y Montero hay una diferencia, y ésta es su manera de actuar frente a la situación venezolana. Mientras a aquél no le parece conveniente a sus intereses pronunciarse sobre ella, o al menos aparentar indiferencia, ésta ha afrontado el desastre social y económico venezolano con valentía, denunciando, desde la privilegiada tribuna que le brindan los escenarios del mundo, los delitos de corrupción y de violación de los derechos humanos que vienen ocurriendo en nuestro país desde el nefasto ascenso al poder de Hugo Chávez y sus secuaces y seguidores. También compositora, Montero ha compuesto una obra que tituló “Ex-Patria”, inspirada en la Patria que fue y la que hoy es: sojuzgada, arruinada y destruida económica y socialmente.

En algunas oportunidades, sus valientes disertaciones antes o después de sus conciertos, denunciando las atrocidades en ese su país que siempre lleva en el corazón, han sido criticadas por quienes alegan haber ido al teatro para oír música y no mítines políticos, pero la mayoría admira su actitud valerosa y su mensaje lleno de amor a la patria que la vio nacer y crecer hasta llegar a ser la celebridad mundial que hoy es.

Su valiente actitud es un ejemplo para todos los emigrados en la diáspora que ha arrojado a millones de venezolanos a tierras extrañas en busca de rehacer sus míseras vidas.




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