fallas eléctricas
(Foto: Referencial / Cortesía La Prensa de Monagas)

El secador se apagó y Maritza Martínez respiró profundo. Es la tercera vez que le pasa durante la semana mientras atiende a una clienta. “A veces llega rápido, pero hay días en los que las fallas eléctricas duran cuatro o seis horas”, dijo con honestidad para responderle a quien estaba en la silla con la mitad del cabello mojado.

Cada vez que hay una interrupción eléctrica la historia es la misma en la peluquería donde trabaja, en el municipio Naguanagua. Ella, las dos manicuristas, la persona que hace tratamientos faciales y de depilación y las otras tres peluqueras, simplemente deben esperar un golpe de suerte para que el servicio se restablezca en minutos y no perder trabajo.

Fallas eléctricas sin horario fijo

Pero no siempre el escenario es tan optimista y tampoco es una realidad inédita en ese negocio ni en la zona donde está ubicado. Esther Chourio es la encargada de un centro de estética que funciona en un centro comercial de Valencia y enfrenta la misma crisis con las fallas eléctricas.

La luz se va por lo menos dos o tres veces por semana y hay muchos bajones. No hay horario fijo ni horas establecidas para esos cortes. La semana pasada se fue desde las 12:30 p.m. hasta las 5:00 p.m.”, dijo lamentando que, como ese día, muchas veces pierde más de la mitad de la jornada laboral.

Al estar en un centro comercial puede beneficiarse de la planta eléctrica, pero eso no garantiza el 100% de sus servicios. Solo pueden trabajar con faciales, pestañas y limpieza y pigmentación de cejas. Pero se suspenden las citas, previamente pautadas, para depilaciones corporales porque no se pueden cumplir sin aire acondicionado, por el calor de la cera caliente. Tampoco es factible realizarlas con poca iluminación.

El resultado de las fallas eléctricas no es otro que la pérdida de clientes. “Se van a otro lado porque ellos han dispuesto de su tiempo para el servicio… Esto ha traído muchas pérdidas económicas, de por sí que ya la situación está mala, con los apagones aumenta más la crisis”.

Sin ventas

Para Ibis Zapata no ha sido fácil levantar su negocio. Ella vende perros calientes en El Viñedo y todos sus equipos son eléctricos. “Si diciembre fue malo, imagínense cómo van estos primeros meses del año con tantas idas de luz”.

Dos o tres veces a la semana, por periodos de dos a cinco horas, padece fallas eléctricas. “La electricidad para mí es prioridad, la freidora, el baño de maría y las neveras deben estar encendidas siempre para atender a los clientes”.

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Ibis Zapata, comerciante de Valencia (Foto: Dayrí Blanco)

Muchas veces le ha tocado perder el día de trabajo por algún apagón y llegar a su casa, al sur de Valencia, y culminar le día sin electricidad. “Es horrible saber que no vendí nada y tener que dormir sin luz”.

Técnicas de emergencia ante las fallas eléctricas

Yuletzy Araujo tiene ocho años como manicurista y está enfrentando una de las peores crisis en su trabajo como consecuencia de las fallas eléctricas. Ella aseguró que los cortes se incrementaron desde comienzos de este año y que ha hecho de todo para no perder  clientes.

“Si estoy realizando esmaltado semipermanente, que requiere lámpara, puedo solventar con la luz solar. Llevo a la clienta a extender las manos en un sitio donde se refleje la luz solar, pero es muy incómodo”. En casos de sistemas de acrílico hay clientas que se van con una o dos uñas nada más y regresan al día siguiente, o se van a otro negocio para no perder tiempo.

También le ha pasado que, con los apagones, la conectividad de todas las líneas telefónicas y de internet se caen. Por lo que hay clientes que se quedan con la transacción de un pago móvil a medias, o que simplemente no pueden pagar por punto de venta.

Sin ingresos

Con la caída de las ventas y la pérdida de clientes, las cuentas de los negocios se han venido a menos. Los comerciantes no pueden cumplir con todos sus compromisos, “como de condominio y arrendamiento”, manifestó Esther Montes, dueña de una joyería.

Sus cálculos indican que la merma de clientes es de entre 80% y 90%, desde comienzos de 2024, y lamentó que por esta crisis no se pueda aprovechar la temporada de Carnaval y el Día de los Enamorados.

“Estamos muy consternados porque perdemos la oportunidad de tener nuestras buenas ventas y tratar de que la gente pueda realizar sus compras, porque con estas fallas eléctricas no podemos cumplir con esos objetivos”.

La exigencia de los comerciantes

Ante un problema que parece agudizarse, los comerciantes coinciden en que se deben realizar las inversiones necesarias para solventarlo. “Hacemos un llamado al alcalde Valencia y al gobernador de Carabobo, para que le pongan cariño a la ciudad y al estado”, dijo Montes.

Desde su puesto de manicura, Yuletzy expresó que no entiende que pongan luces en las calles en diciembre cuando la economía venezolana se ve afectada por las fallas en el servicio.

Ellas indicaron que, de mantenerse los cortes, lo mejor es que se publiquen los horarios para poder planificar sus jornadas laborales, sobre todo los que trabajan con previa cita.

 

La posición de la Cámara de Comercio ante las fallas eléctricas

El presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Ernesto Abbas, coincide. Para él, lo del horario es simple y les permite adecuarse a no perder tiempo, a no gastar combustible en vano y a no dejar de prestar el servicio.

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Ernesto Abbas, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia (Foto: Dayrí Blanco)

“Buscamos mecanismos para poder dar respuesta. Ahorita la incertidumbre llega a tal punto que muchas veces tenemos un corte y no hay comunicado oficial de Corpoelec diciendo cuál es la causa. Se desata una serie de rumores en torno al por qué, que solo genera incertidumbre en la colectividad afectada. Lo más fácil es decir qué pasó, qué van a hacer para solventarlo y por cuánto tiempo será la falla”.

Abbas resaltó que las consecuencias de esta crisis son nefastas para el comercio, con la pérdida de horarios de trabajo, dejar de atender a los clientes y el daño constante a los equipos eléctricos.

“Hay que recordar que las impresoras fiscales cuestan entre mil 50 y mil 200 dólares y, de no tenerla, no se puede trabajar”.

Insistió en que no se puede hablar de un plan de la nación 2024-2030, en el que el presidente Nicolás Maduro a través de su gabinete está realizando una consulta sobre los nudos críticos y uno de ellos para la economía es el servicio eléctrico.

“Pero si no conocemos y no se habla del plan de inversión en el sector eléctrico para superar estos constantes racionamientos o crisis, no podemos hablar de superar los problemas de la industria y el comercio”.

Abbas recordó que la semana pasada hubo colas de gasolina en Carabobo, pero no por escasez del combustible sino porque las estaciones de servicio no tenían electricidad.

Hemos visto cómo el Centro de Ingenieros de Carabobo ha hecho propuestas concretas y hacia allá es que debe haber una discusión constructiva para superar este problema con el suministro de energía eléctrica.

 




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