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Así se encuentra el gimnasio techado actualmente. (Foto cortesía)

Desde febrero de este año el gimnasio techado Benito Ramírez, que forma parte del complejo deportivo de la Universidad de Carabobo (UC), en su campus de Bárbula, tiene otra cara. Atrás quedaron los días de oscuridad y abandono que durante los últimos años lo mantuvieron convertido en ruinas. Hoy, completamente rehabilitado, sirve como espacio de entrenamiento de una academia que aspira convertirse en el semillero del hockey en línea en Venezuela.

No fue una tarea sencilla. La constancia, perseverancia y ganas de hacer realidad lo que inició como un sueño fueron la clave. “Esto comenzó como un capricho de sacar la cancha (de hockey) del patinódromo de Naguanagua, donde por estar a la intemperie ya se encontraba notablemente deteriorada”, dijo Reinaldo Uribe, presidente de la Asociación de Patinaje de Carabobo, en entrevista con El Carabobeño, para la sección Gente que suma.

Fue así como Reinaldo, junto a un equipo de apasionados por el hockey, inició la búsqueda de un nuevo espacio y se encontró con el gimnasio techado Benito Ramírez. El lugar estaba totalmente abandonado debido a la crisis presupuestaria que desde hace varios años afecta a la UC, pero aun así decidió hacer una alianza con la universidad, a través de la rectora Jessy Divo de Romero, y transformarlo.

“Cuando comenzamos, no sabíamos en lo que nos estábamos metiendo. Lo logramos con aportes de jugadores y exjugadores dentro y fuera del país, con ayuda de la empresa privada”, detalló. Durante el proceso de rehabilitación, en más de una ocasión fueron víctimas del hampa, que incluso se llevó parte del techo recién instalado. Esa situación casi los hizo rendirse, sin embargo, lograron recuperar lo robado y siguieron enfocados en la meta.

El recinto no contaba ni siquiera con sistema de electricidad, por lo que el equipo encabezado por Uribe tuvo que instalar todo desde cero, incluyendo los transformadores. Adquirieron también una cancha usada. Además, para evitar los constantes robos que mantienen azotado el campus universitario, tienen seguridad las 24 horas, todos los días. Próximamente realizarán jornadas de recuperación de las áreas verdes, todavía abandonadas.

Esto parecía un campo de guerra, todo desvalijado, todo destrozado”, confesó el líder nacional de hockey en línea. A pesar de ese panorama, que lucía oscuro al comienzo del camino, el equipo acertadamente concluyó que recuperar los espacios deportivos de la máxima casa de estudios de Carabobo, con una infraestructura ya construida, sería más sencillo que construir un lugar nuevo.

Semillero del hockey en línea

Actualmente en el Benito Ramírez funciona una academia de hockey en línea, con 12 niños que sueñan con convertirse en los máximos exponentes de esta disciplina en el país. En Maracay hay otra, con más de 60 niños, y está por conformarse una en Caracas. “Acabamos de recibir donaciones de equipamientos para niños, que es lo más difícil de adquirir para los padres, porque el hockey está catalogado como un deporte elitesco y es costoso”, agregó Reinaldo.

“Vamos a hacer una alianza con una comunidad cercana al González Plaza, para que la mayoría de los niños esté becada y pueda aprender a patinar”, anunció. “Estamos esperando una donación de patines para apoyar a estos niños y en diciembre queremos hacer un campeonato infantil con al menos 100 participantes”.

A su juicio, el hockey en línea es una excelente opción para que los niños no estén alienados todo el día con dispositivos electrónicos, hagan una actividad física y no se aburran.

“Queremos seguir haciendo mejoras en la instalación y por todos los medios cambiar el piso de la pista, que ya está bastante deteriorado porque haber estado expuesto durante mucho tiempo. Tenemos fe de que lo vamos a lograr”, sostuvo. “Vamos a tener una instalación de primer nivel para albergar competencias internacionales. Aunque ya podemos, el piso nos limita”.

Los panamericanos, un primer paso

Conformar la Selección Venezolana de Hockey, así como el equipo local Coyotes de Carabobo, tampoco ha sido fácil. “Todo lo que hemos hecho ha sido empírico. Aunque hemos hecho muchísimo, nos falta un montón, sobre todo para corregir las cosas que vienen con la academia”, apuntó Reinaldo.

Cuando se abrieron las inscripciones para el Campeonato Panamericano de Naciones de Hockey en Línea, que se realizó en marzo de este año en Bogotá, Colombia, una vez más el equipo venezolano se atrevió a soñar y se planteó un nuevo reto: participar, con todo lo que eso implicaba, sobre todo en cuanto a la logística para viajar hasta el vecino país en plena pandemia, al menor costo posible.

Cubrir los boletos aéreos para los 14 integrantes de la selección no fue posible porque, de nuevo, solo contaban con su voluntad y el apoyo del sector privado. Pero tampoco eso los detuvo. Se fueron vía terrestre, sorteando innumerables obstáculos como alcabalas, trochas y restricciones migratorias, hasta llegar.

“Se nos metió la idea se viajar a Colombia para los panamericanos con la intensión de ver dónde estábamos en cuanto a preparación. No tenemos entrenador para la parte técnico táctica”, narró el jugador. “Con mucho esfuerzo de empresas de los propios jugadores y aportes de venezolanos en Canadá”.

Un acto de fe

No fue una buena participación, aceptó, pero ahora saben en qué nivel están para continuar su preparación. “Nos vinimos con muchas ideas, planes y queremos copiar lo mejor de lo que han hecho otros países como Colombia, que actualmente tiene más de cuatro mil jugadores federados en la disciplina de hockey. Aunque eso no se hace de un día para otro, por algo hay que comenzar”.

Reinaldo destacó que “en todos lados hay problemas”, pero la diferencia está en cómo se afronten y en la actitud que se asuma para generar soluciones donde aparentemente no las hay. La recuperación del gimnasio techado es prueba de eso. “Si sumamos más patrocinantes podremos seguir recuperando, manteniendo y ganando espacios a los alrededores. Si logramos hacer esto, podemos hacer cualquier cosa”.

“Siempre había escuchado la frase de que los sueños se hacen realidad cuando alguien se atreve a creer y así funciona: la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no has visto aun, y eso fue  lo que nosotros aplicamos aquí, fe pura en ver desde antes lo que hoy está materializado aquí”, reiteró.




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