La lucha que enfrentamos en nuestro país la podemos simplificar diciendo que es una ardua batalla del bien en contra del mal. Los malos se aferran al poder y son capaces de utilizar cualquier herramienta que esté a su alcance para lograr el objetivo. No se les agua el ojo para golpear al disidente. Como todos los malos: juegan sucio. Difaman, injurian, calumnian, montan ollas para incriminar a sus adversarios, persiguen, encarcelan, lesionan y hasta asesinan a todo aquel que intente rescatar a Venezuela de esta tenebrosa oscuridad. Que nadie ose enfrentarse a las mafias que “gobiernan” porque inmediatamente la furia hamponil desatará su ira para silenciar a quien se atreva desafiarla.

Durante estos últimos casi veinte años hemos visto muertes, desapariciones, encarcelamientos, así como también a muchísimos exiliados que huyen despavoridos del país para evitar injustos y arbitrarios encierros. Otros tantos se han ido porque ven cerradas las puertas de la prosperidad nacional.

No sé cuánto tiempo durará esta batalla, lo importante es que estemos preparados para resistir. Mejor dicho: seguir resistiendo.

Pareciera que la vida es eso. Una constante disputa entre el bien y el mal.

Una lucha desigual.-

El asunto es que a los venezolanos en estos tiempos nos ha correspondido combatir a los peores de los malos. La pelea es desigual, pero sin embargo, todavía quedan algunos románticos que piensan que la salida será “pacifica, electoral, democrática y constitucional”. Ojalá sea así, aunque nada hace suponer que se pueda materializar una salida como la piensan esos románticos. Si ya hemos dicho que combatimos una mafia, ¿cómo vamos a imaginar que los bandidos aceptarán ser desalojados de su guarida mediante el sufragio?

La pregunta que sigue: ¿y si no es electoral, entonces cómo es? Les respondo: mediante la presión organizada y la protesta generalizada. Hasta ahora, el único que ha utilizado herramientas no pacificas para evitar su desalojo es el régimen, por ese motivo es poco probable que la salida sea pacífica. Insisto, me gustaría como al que más, poder ver el desalojo de las mafias mediante el sufragio, pero eso sería una quimera y ya estamos lo suficientemente grandecitos para seguir creyendo en esas cosas.

Momentos de las definiciones.-

No podemos cometer los mismos errores que han hecho que muchos venezolanos se sientan desesperanzados. Para ello hay que hablar con la verdad, que es el mejor antídoto contra la desesperanza. Si conocemos la verdad podemos entender mejor la situación. Recordemos, el régimen siempre intentará hacerte ver que eres débil y que jamás podrás con él y, eso es mentira porque quienes lo adversamos somos inmensamente más poderosos que quienes nos someten.

Somos millones mientras que ellos son un puñado de individuos que se han atrincherado en Miraflores y en otras instituciones para infundirnos terror. Si logramos entender que somos más fuertes que el régimen, lograremos recuperar las esperanzas y en consecuencia estaremos más cerca de la victoria.

Guerra psicológica.-

La guerra que emplea el régimen es constante, pero su principal propósito es vencerte en la mente. Jamás lo permitas, si te derrotan el entusiasmo te paralizas hasta convertirte definitivamente en un esclavo.

Entendamos que el régimen seguirá escogiendo selectivamente sus objetivos opositores para generar miedo. Cuando veamos perseguir y encarcelar a un opositor, que sepa ese opositor que estarán millones de venezolanos pendientes de él y que sepa el régimen que esa persecución o ese encarcelamiento no evitará que cada día se sumen más voluntades a la lucha libertaria.

Soy Venezuela

Los que luchan por ideales y convicciones merecen ser recompensados cuando los impulsan valores y principios. Yo creo en la perseverancia y en la coherencia, me identifico con quienes actúan corajudamente. Con aquellos que están dispuestos a darlo todo para conquistar la libertad, con los que no le bajan la cabeza ni le hacen carantoñas al tirano, con esos ciudadanos que han sabido resistir con dignidad. María Corina personifica esos atributos con los cuales debemos identificarnos e invitarnos a acompañar.

Me permito transcribir lo que expresó hace un par de semanas María Corina Machado, hago mías sus palabras porque las comparto en su totalidad “Sólo hay dos opciones: O estás con nosotros en la ruta del coraje y de la fuerza para enfrentar y derrotar a la tiranía, para desobedecer; o estás con ellos, con el régimen y el sistema que combatimos”

Definamos entonces nuestra escudería. Si sabemos cuál es nuestro enemigo ¿qué nos pasa que no hemos sabido organizarnos para enfrentarlo de manera unida? Si también sabemos cuál es el propósito y que no es electoral, sino de desalojo, pues, manos a la obra, apartemos rivalidades mezquinas y apuntemos hacia el objetivo. Te invito a sumarte a la plataforma Soy Venezuela para llevar a cabo esa gesta libertadora. Cuando salgamos de esto que cada quien escoja su camino, pero antes no. Hay dos vías: o estás con el régimen o estás contra él. Vamos a sumarnos a esta lucha con determinación para decir con orgullo: yo también ¡SOY VENEZUELA!

@pabloaure




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