Hay tristeza e incertidumbre entre los migrantes irregulares que copan las estaciones migratorias de la provincia panameña de Darién, tras el accidente de un bus que trasladaba a un grupo de estos en el que murieron al menos 40 personas, entre ellas niños, dijo EFE una funcionaria de Unicef.
Panamá recibe a los migrantes irregulares que cruzan la selva del Darién, frontera con Colombia, en estaciones de recepción migratoria (ERM), donde toman sus datos biométricos y les ofrece asistencia de salud y alimentación, tras lo cual son trasladados en buses, con un pasaje costeado por ellos mismos, a otra de estas instalaciones situada cerca de la frontera con Costa Rica.
Fue en este trayecto entre Darién y la ERM de Gualaca, provincia de Chiriquí, una distancia de unos 650 kilómetros, donde el autobús con 66 migrantes, según cifras de las autoridades, terminó destrozado, sin techo y con los asientos regados en el piso, en el peor accidente de este tipo en Panamá y cuyas causas se investigan.
En la ERM de Lajas Blancas, situada a casi cinco horas de camino desde la Ciudad de Panamá, los migrantes «tenían un sentido de tristeza», dijo el ste jueves a EFE Margarita Sánchez, Oficial de Protección Infantil en Emergencias de Unicef en el Darién, a donde llega cada día, tras atravesar la jungla y varios países, un río de viajeros irregulares de todo el mundo que se dirigen a Norteamérica.
En Lajas Blancas Unicef «pudo identificar, particularmente en los servicios que brindamos de espacios seguros para las mujeres y las adolescentes, pero también en el espacio para los niños, que las personas tenían un sentido de tristeza por lo sucedido», comentó Sánchez.
Tristeza en las copadas estaciones migratorias
En Bajo Chiquito, una comunidad indígena que recibe a los migrantes apenas salen de la selva y a la que solo se llega por río, también «había mucha tristeza» y, además, incertidumbre, tanto por la seguridad del viaje como por el suspensión temporal de los traslados a las ERM.
En Unicef «lamentamos profundamente el evento del jueves, entre los migrantes que se movilizaban había 19 niños y niñas, a los cuales, unas horas antes en la provincia del Darién habíamos atendido a través de nuestros servicios de espacio amigable y también de salud materno-infantil», expresó Sánchez.
Debido al accidente se suspendieron el miércoles los traslados tanto desde las comunidades de recepción hasta las ERM de Darién, como de estas a la de Gualaca, pero se reanudaron el jueves, explicó la funcionaria de Unicef.
«Desde Unicef pudimos responder un poco a la contingencia yendo a la comunidad de Bajo Chiquito, donde se habían quedado unas 300 personas digamos estancadas debido a que suspendieron el flujo».
Aglomeración en las estaciones migratorias de Darién
La mañana del jueves estaban «llegando de la comunidad de Bajo Chiquito y de la comunidad de Canaán-Membrillo a la ERM de Lajas Blancas unas 700 personas, y también los buses empezaron a llegar para empezar los traslados hacia Los Planes de Gualaca», afirmó Sánchez.
«Ya va reactivando ese flujo que evita esas posibles situaciones de hacinamiento. En este momento sí estamos sobre la capacidad (de las ERM), pero se espera que ya se empiece a resolver un poco esta situación», añadió la funcionaria del ente de Naciones Unidas.
De acuerdo con las cifras oficiales de Panamá, el pasado 1 de febrero había 655 migrantes en las ERM de Darién y 216 en la de Gualaca.
En el 2022 llegaron a Panamá a través de la selva 248.284 viajeros irregulares, una cifra inédita y un 85,6% superior al 2021, mientras que más de 37.000 lo han hecho en lo que va de año.
Unicef alertó de un «crecimiento exponencial» en el número de menores cruzando la selva este año, cuando estima de lo hicieron 7 mil en 45 días, frente a 643 solo enero de 2022.
