A José Montero no le parece que la comunidad Simón Bolívar II, calle Las Marías de Naguanagua, deba aportar dinero para ayudar a Hidrocentro con el arreglo de la bomba que surte de agua al sector. Según su relato, las familias deben dar 5 dólares.
«Eso le compete a Hidrocentro, es un instituto creado para eso, y si no, también está la gobernación y la alcaldía», dijo Montero mientras iba caminando a su casa con dos pipetas llenas de agua, durante su primer viaje del día de al menos cinco que debe hacer para completar 10 tobos.
500 mil bolívares diarios en agua debe gastar este hombre que trabaja por cuenta propia. Si quiere buscar agua gratuita debe caminar casi un kilómetro hasta la bomba.
Antes de que se dañara la bomba, hace un año, el agua tampoco llegaba regularmente. Explicó que solo la recibían dos días y de madrugada. «Si ellos le consiguen arreglo así llegue a la semana dos veces en la madrugada uno se beneficia algo», aseveró José Montero.
Mientras relata lo que padece por la falta de agua, a su lado van y vienen otros vecinos cargando sus propios pipotes tras haber pagado los 50 mil bolívares por llenar cada uno de ellos.
Santa Marchán y Yenni Aponte, vecinas de la comunidad
Yenni Aponte tiene 5 años viviendo en el sector Simón Bolívar II, calle Las Marías. Máximo dos días a la semana recibe agua en su hogar.Desde que llegó ha visto el deterioro de los servicios públicos del lugar. «Si a las cosas no se les hace algo se deterioran.
Santa Marchán explicó que el agua es necesaria para la higiene, sobre todo en la comunidad Simón Bolívar II donde hay, según ella, muchos contagiados con COVID-19, quienes prefieren ser tratados en sus casas antes que ir a un hospital y ser aislados.
«En la esquina teníamos un compañero que murió, al lado de la cauchera también murió otro nos dijeron en la mañana. Y en cama tenemos ahorita una vecina». Le he tocado llevar pacientes al Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde donde son bien atendidos pero a veces no hay los insumos completos. «Nos han pedido azitromicina».
