Fue toda una sorpresa. En abril, montos elevados en las facturas del servicio de agua causaron una gran impresión entre los habitantes de la urbanización Las Chimeneas, que en dos meses aumentó en más de un millón por ciento.
De marzo a abril el incremento fue de 466.000 % al pasar de 91 mil 800 bolívares a 428 millones. En esa oportunidad ellos acudieron a la sede de la estatal con la denuncia y, días después, la empresa publicó en sus cuentas en redes sociales un comunicado argumentando que se trató de un error.
Pero el mes siguiente la tendencia de aumento se mantuvo. “Sí, hubo un error, pero a favor de ellos. Porque en la factura de mayo el monto se duplicó a 900 millones de bolívares”, detalló el vecino del sector, Reinaldo Tintiliani.
Esto se traduce en un incremento de 1.200.000 % de marzo a abril, un impacto económico muy fuerte que pocos pueden asumir.
Morosidad involuntaria
En los conjuntos residenciales de la zona no es normal que sus habitantes estén morosos con este servicio. Pero desde abril eso cambió. Estos aumentos han significado que por cada apartamento se deba pagar entre ocho y 15 dólares.
“Son tarifas que confiscan cualquier ingreso que podemos tener en un país con un salario mínimo de tres dólares”.
Pero eso no es todo. La respuesta más reciente que recibieron de Hidrocentro es que esas son las tarifas de la zona por órdenes de las oficinas en Caracas, tras un censo que se realizó en el sector. “Pero aquí nunca vimos a ningún funcionario haciendo encuestas, ni mucho menos un estudio socioeconómico”.
Es así como ellos se han convertido en “personas insolventes”, como dijo la vecina Miriam Martínez, en cuyo conjunto residencial la cuenta indica que debe pagar entre 12 y 13 dólares al mes por el servicio de agua.
Adicionalmente, les informaron que son tarifas ancladas al petro. “Eso quiere decir que cada vez que aumente nos va a llegar más y más caro y aquí la mayoría somos pensionados, jubilados de la tercera edad que no podemos pagar eso”.
Calidad del agua
El cobro excesivo de la factura de Hidrocentro no es todo el problema. En Las Chimeneas enfrentan la agudización de la precariedad del servicio.
Con suerte, sale agua de sus tuberías dos veces a la semana, por lo que deben racionar lo que tengan en los tanques o ir a pozos públicos a cargar tobos.
Y las pocas horas que cuentan con el servicio es sinónimo de “agua turbia, pestilente y con sustancias orgánicas. El servicio no se corresponde con lo que nos están cobrando”, aseguró Tintiliani.
Por ahora, ellos se mantienen a la negativa de pagar las facturas pendientes hasta que desde Hidrocentro las ajusten a unas que sean cónsonas con la realidad económica de os habitantes de la comunidad.
