Nuestra historia, nos ha dejado plasmada con la tinta indeleble del sacrificio, valor y honor. Una de la páginas más infaustas, fue escrita el 7 de abril de 1817, en el antiguo convento de San Francisco de Barcelona, convertida en Casa Fuerte por el valeroso prócer barcelonés Pedro María Freites, última instancia utilizada como refugio para los ancianos, mujeres, niños y enfermos de la ciudad, destinada también deposito de las armas y municiones disponibles, dejadas por nuestro Libertador al salir hacia Guayana., procedente de Haití.

El jefe realista Juan de Aldama, aprovechó el alejamiento de Bolívar, para movilizarse a Barcelona al frente de tres mil quinientos soldados. El 5 de abril de 1817, comenzó el sitio de la desguarnecida ciudad, carente de alimentos, a cargo del paladín barcelonés, el general Pedro María Freites con apenas cuatrocientos efectivos.

A partir de las siete de la mañana del 7 de abril, la defensa de la Casa Fuerte, constituyó un verdadero sacrificio. El general Santiago Mariño con mil setecientos soldados, que se encontraba en Aragua de Barcelona, se movilizó a Cumaná, obviando el apoyo a Barcelona.

Aldama empleó la artillería para abrir brechas en los muros del convento, facilitando el ingreso de la infantería, para cometer todo tipo de desmanes, y crímenes, sin considerar a la gente indefensa. Setecientas personas fallecieron en la brutal acometida.

Freites con sus soldados y las autoridades que allí se encontraban, sucumbieron luego de seis horas de heroica defensa ante un ejército superior. Los que pudieron escapar sufrieron igual destino al caer en manos de los atacantes con sus afiladas bayonetas.

Los sacerdotes Godoy y Serra, fueron ajusticiados cuando asistían a los heridos y moribundos.

El joven capitán William Chamberlain, encontrándose herido, prefirió inmolarse antes de caer en manos enemigas; su esposa la heroína Eulalia Buroz, en el fragor de la acción bélica, sacando fuerzas del fondo de su alma, exclamó “Viva la Patria”, pudo sacarle la pistola a un oficial realista, luego de matarlo, recibió igual castigo de otro malvado.

El heroico Pedro María Freites insuflaba el ánimo a sus combatientes:

” Soldados, es preferible caer como bravos guerreros que morir degollados”.

Aldama envió a Freites y al Gobernador Francisco Esteban Rivas, ambos con heridas y atados hacia Caracas, sin recibir alimentos ni agua en el largo trayecto. Serían fusilados en la Plaza Mayor por órdenes del gobernador Salvador Moxo

En homenaje al sacrificio de la Casa Fuerte de Barcelona, el Ejecutivo Nacional declaró Monumento Nacional, a las vetustas ruinas del convento de San Francisco, allí se colocaron bronces de Freites y de la heroína Eulalia Buroz de Chamberlain, igualmente denominó: Freites al municipio capital Cantaura y Buroz capital Tacarigua de Mamporal.

También una digna promoción de oficiales del Ejército, egresada de la Academia Militar en 1968, honra la memoria del ilustre prócer barcelonés, nacido el 15 de diciembre de 1790, destaca combatiendo en oriente a las órdenes del general Manuel Piar, quien lo asciende en 1816 a general.

Freites, estuvo casado con María Salaverría, procrearon cuatro hijos

La defensa y sacrificio por parte de los barceloneses en la Casa Fuerte de Barcelona, es una lección permanente de patriotismo y abnegación.

Churuguarero777@gmail.com




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