(Foto cortesía)

El cielo parecía anticipar la tormenta que se le avecinaba a familiares y amigos de los cinco detenidos, durante los allanamientos del miércoles a residencias El Tulipán del municipio San Diego. La torrencial lluvia acompañaba las lágrimas de los presentes en el destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana en Ciudad Chávez.

La noticia cayó como un balde de agua fría. Yanitza Rondón, madre de Jarvis López, estudiante de Fisioterapia en la Universidad Arturo Michelena esperaba que su hijo saliera en libertad plena ya que no es culpable de los delitos de instigación y ataque a centinela que le imputaron a los cinco detenidos. Pero su peor miedo se cumplió, López será trasladado el lunes con el resto de sus compañeros de celda a la cárcel militar de Ramo Verde pese a ser un civil.

La sensación de impotencia se apoderó en las afueras del destacamento. Nadie sabia ni qué decir ni mucho menos qué hacer. Los abogados salieron luego de una audiencia larga y ardua para explicar los próximos pasos a seguir.

Un «te quiero» y palabras de perdón fue el mensaje enviado por Jarvis López a su mamá mediante su abogada defensora. Yanitza Rondón no pudo evitar romper en llanto ante lo dicho por su muchacho mientras aseguraba con la voz quebrantada que se había cometido una injusticia.

Rondón denunció que los efectivos castrenses le robaron a su hijo los zapatos y que pertenencias como su suéter y su teléfono celular no aparecen por ningún lado.

Ante las amenazas de los colectivos, el equipo legal de los acusados y sus familiares se retiraron del sitio con el dolor de sus injustas privaciones de libertad.

Se espera que para este lunes sean trasladados de la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalisticas (Cicpc) de Las Acacias hacia la cárcel de Ramo Verde en Los Teques, estado Miranda.




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