La Isabelica
Conexiones eléctricas expuestas ponen en peligro a vecinos de La Isabelica (Foto: Dayrí Blanco)

No importa el nombre. Apagones, racionamientos o administración de carga. Eso es lo que menos preocupa del sistema eléctrico a los habitantes de La Isabelica. Ellos, en los sectores donde solo hay edificios y en los que hace 65 años se construyó la urbanización únicamente con casas, enfrentan día a día un drama mayor.

En los bloques 58, 59 y 60 ya perdieron la cuenta de los electrodomésticos dañados. Los lamentos de los vecinos son frecuentes desde que en febrero de este año hubo una explosión en una torre que los provee del servicio. Una cuadrilla de Corpoelec atendió el llamado pero fue poco lo que hizo.

No tenían las herramientas necesarias, los vecinos de La Isabelica colaboraron con lo que pudieron y se logró restituir la electricidad pero con severas deficiencias. Los trabajadores de la estatal se fueron con la promesa de regresar, pero ya han pasado cinco meses y no han cumplido su palabra.

Desde ese momento, quienes viven en esos edificios, cuyas fachadas son pintadas como parte del plan de embellecimiento de la gobernación, padecen de innumerables fluctuaciones eléctricas. “Hay bajadas y subidas de tensión todo el día, la potencia es muy variable y eso nos está dañando los aparatos”, relató Francis González.

Expuestos al peligro eléctrico en La Isabelica

Han perdido neveras, aires acondicionados, televisores y calidad de vida. Nadie responde a sus solicitudes y están expuestos a un mal mayor. En febrero, cuando ocurrió el incidente, los integrantes de la cuadrilla de Corpoelec no tenían ni teipe y dejaron varios cables sin la protección debida.

Los vecinos de La Isabelica fueron quienes colocaron algunas tablas y láminas de metal para tapar el hueco donde están las conexiones de la torre en la que hubo la explosión, para evitar que cualquier persona se caiga ahí y suceda un hecho lamentable.

Cuando se presentó la falla estuvieron tres días sin servicio. Hoy, más de la mitad de los apartamentos de los tres bloques afectados no cuenta con voltaje 220, pero sí con pintura nueva en sus paredes. Para los vecinos, “un dinero mal gastado porque aquí hay muchos problemas que se pudieron resolver con eso que están pagando por pintar”. Se intentó obtener la versión oficial al respecto con funcionarios de la gobernación de Carabobo, a través de la Secretaría de Comunicación e Información, pero no se obtuvo respuesta.

El peligro de morir

Durante la mañana de 21 de septiembre de 2020 una noticia impresionó a todos en Valencia. El cadáver de una mujer estaba tirado en plena calle del sector 13 de La Isabelica. La víctima de 24 años falleció tras pisar un cable de 7 mil 500 voltios que cedió del tendido eléctrico en el lugar.

Al parecer, lo que originó el desprendimiento del cable de alta tensión fue una sobrecarga de electricidad, ocurrida justo al momento en que la mujer pasaba por el lugar.

Este hecho podría replicarse en cualquier tramo de los 14 mil kilómetros de líneas eléctricas que existen en Carabobo, de los que al menos 40% tienen más de 40 años instalados. En los últimos 20 años no se conoce de algún tipo de mantenimiento, tampoco se han sustituido elementos que ya cumplieron su tiempo de vida útil.

Las guayas, conductores, aisladores, cortacorrientes y transformadores están deteriorados en gran parte de Valencia y en La Isabelica están preocupados.

Tras el hecho de septiembre se presentaron indicios claros del descuido del sistema eléctrico en la urbanización. El 5 de octubre de 2020 los habitantes del sector 10 reportaron que una guaya estaba caída. En el sector 9 de La Isabelica se produjo una avería cuando seis cables conductores chocaron y se incendiaron.

Temor que no se maquilla en La Isabelica

En el sector 13, donde falleció la mujer hace 10 meses, están angustiados. Linda Navas todos los días ve hacia arriba. Pero no disfruta de la vista, un gran nudo de cables enredados se lo impide.

La Isabeica
Un poste amenaza con caerse sobre las casas de la vereda 15 del sector 13 de La Isabelica (Foto: Dayrí Blanco)

El deterioro de los ramales eléctricos en La Isabelica es evidente. Hay tramos en los que el tendido se confunde con los árboles, que deberían ser podados de manera preventiva, labor que no se realiza desde hace varios años.

Pero lo que más preocupa a los vecinos de la vereda 15 es que hay un poste que tiene una inclinación peligrosa. “Con el tiempo ha cedido y ya en cualquier momento se cae y los cables estarían encima de las casas. Esto es muy peligroso”.

Navas recordó la tragedia de septiembre y sabe que es algo que se puede repetir. Instó a las autoridades a tomar acciones de inmediato y a ponerle el mismo empeño que el que se ha visto en la pintura de las fachadas de unos cuantos bloques de la avenida principal de la urbanización, que año atrás era cuna de deportistas, con instalaciones de entrenamiento de primera y que hoy están en el olvido, pero que recodaremos en la próxima entrega de Lo que la pintura no resuelve en La Isabelica.




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