La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) expresó este viernes su preocupación por la decisión del Gobierno de "dar por terminado" el tratado de extradición bilateral con Estados Unidos, el 28 de agosto, y señaló la capacidad del narcotráfico de "corromper todo lo que toca".
"Compartimos con la población en general, algunas preocupaciones que merecen una respuesta transparente y que se tomen decisiones que no respondan a intereses particulares sino a la búsqueda del bien común por parte de las autoridades", indicó la CEH en una declaración.
Uno de los temas que preocupa a los obispos es la eliminación del tratado de extradición con Estados Unidos, porque consideran que era un acuerdo que "al menos generaba esperanza al pueblo hondureño de alcanzar algún tipo de justicia que aquí no obtendremos, dada la ineficiencia de los órganos de Justicia del Estado".
"Es evidente la influencia de los carteles del narcotráfico y su capacidad de corromper todo lo que tocan", subrayan los obispos hondureños.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ordenó el 28 de agosto "denunciar" el tratado de extradición con EE.UU. en medio de una tensión diplomática con la embajadora estadounidense en Tegucigalpa, Laura Dogu, por criticar una reciente reunión de autoridades hondureñas con el sancionado ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López.
Obispos de Honduras preocupados
El canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, notificó el mismo 28 de agosto a la Embajada de Estados Unidos la decisión de "dar por terminado" el tratado de extradición después de que la embajadora estadounidense expresó la preocupación de su país por la reunión de autoridades de Defensa de Honduras con Padrino López, en el marco de un evento deportivo militar en Venezuela.
Un día después de la eliminación del tratado, la presidenta hondureña dijo que su país no permitirá que la extradición sea utilizada para "intimidar o chantajear" a las Fuerzas Armadas de Honduras.
Analistas y políticos creen que Castro puso fin al acuerdo de extradición con EE.UU. para proteger a familiares o altos funcionarios, ya que tres días después de la decisión, Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta y hermano del exmandatario Manuel Zelaya, admitió que en 2013 se había reunido con narcotraficantes.
En un video difundido el 3 de septiembre por la ONG estadounidense InSight Crime, se observa a narcotraficantes hondureños proponiendo en 2013 un soborno de hasta 650.000 dólares al ahora gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre), a lo que Carlos Zelaya responde que “la mitad debe ir para el comandante”, refiriéndose a su hermano y expresidente Zelaya.