No es fácil llegar antes de las 6:00 a.m. a algún destino. El déficit de transporte en Carabobo así lo determina y para los pacientes renales que deben dializarse a esa hora la situación no es diferente, porque la unidad de la Ruta del Riñón habilitada por la gobernación trabaja a partir de las 8:00 a.m.
Son 20 personas de lunes a sábado las que tienen que llegar antes de esa hora a la Unidad de Diálisis Valencia Sur, ubicada en la avenida Las Ferias. Pero no todos pueden. Hay quienes están en sillas de ruedas y no tienen cómo movilizarse hasta ese centro, mientras que otros, como Yonder Oviedo, hace lo posible por no perderse el tratamiento.
Él tiene tres años como paciente que depende de la hemodiálisis para poder sobrevivir. Como es una persona con su salud estable tiene la posibilidad de caminar algunos tramos y esperar por varios minutos en una parada de transporte público.
Vive en la Isabelica, “relativamente cerca”, pero debe abordar dos unidades para poder llegar, una hasta Plaza de Toros y otra hasta Santa Rosa.
El año pasado ellos le plantearon al “jefe de la ruta” que ampliara el horario para poder a atender a quienes se dializan a las 6:00a.m. “Nos dijo que se resolvería, pero hasta ahora todo sigue igual… Y aquí hay personas que no tienen ni para comprar una pastilla, menos tienen para pagar taxi tres veces a la semana”.
Sonia Acosta estaba en la misma situación de Oviedo. También vive en La Isabelica pero su enfermedad renal la mantiene en silla de ruedas. Aun así, hacía el sacrificio por llegar a la hora establecida a la unidad que depende del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS), hasta que fue, junto a su hija, víctima de un atraco.
“Llegaron a la parada de autobuses mientras esperábamos, y nos quitaron todo lo que teníamos”. Desde ese momento insistió para que la cambiaran al segundo turno del tratamiento, que es a las 10:00 a.m. y ahora se moviliza en la Ruta del Riñón.
Deficiencias en diálisis
Los problemas no cesan en esta unidad de diálisis. Aunque todavía no les llega agua por tubería, que es un recurso esencial para el tratamiento, instituciones públicas y privadas apoyan con el envío de cisternas. Pero aún persiste la falta de disposición final de desechos tóxicos.
Todo está acumulado en el sitio, con lo que proliferan insectos de todo tipo en un ambiente en el que el aire acondicionado falla constantemente y no existen las mínimas condiciones de higiene que evite complicaciones.
“Eso es foco de bacterias para nosotros que tenemos catéteres o fistulas”, expresó Ruby Elena Raga, quien ya tiene 18 años en diálisis.
A esto se suma la intermitencia de la llegada de insumos requeridos, por lo que en algunas oportunidades los tratamientos son irregulares, así como la reducción a solo tres horas de diálisis, de las cuatro que son necesarias, por falta de transporte para el personal, “además, les pagan muy mal y las enfermeras hacen lo que pueden”, aseguró Sonia Acosta.
