El colapso de las cloacas es un riesgo sanitario permanente. (Foto: Kevin Arteaga González)

En total abandono. Así está el sector 13 de la urbanización La Isabelica, al sur de Valencia. Sus habitantes denunciaron que allí todos los servicios públicos fallan: desde la electricidad y el agua, hasta la recolección de la basura y el alumbrado de las calles. Están desesperados, por lo que clamaron soluciones a las autoridades municipales y regionales.

No es un problema nuevo. Desde hace más de 10 años los vecinos se enfrentan al colapso constante de las tuberías de aguas negras, que terminan inundando todas las calles y en algunos casos, hasta las casas. Según Dunia Sanz, vocera del consejo comunal Agua Viva del ámbito II, la solución requiere de un proyecto a gran escala que incluya la sustitución de las tuberías de aguas blancas y cloacales. No basta con hacer limpiezas con hidrojet, porque al poco tiempo vuelven a colapsar.

“La problemática de las aguas negras es bastante grave. Ya el alcalde y el gobernador lo saben. Tenemos años con este problema, solicitando que se haga el cambio de las tuberías”, advirtió. El 2011 la comunidad obtuvo financiamiento del Estado para iniciar el proyecto, pero el desembolso alcanzó para cubrir apenas una cuarta parte de lo que se requería, tomando en cuenta que es un sector grande, con al menos 753 casas.

Dunia Sanz, habitante del sector 13. (Foto: Kevin Arteaga González)

Basta con llegar a las principales calles del ámbito II para notar lo que está ocurriendo. El olor es tan penetrante que incluso usando doble tapabocas se percibe. La población más vulnerable que allí habita, entre niños y personas de la tercera edad, ya comienza a padecer las consecuencias de convivir con ese nivel de contaminación durante años. “Hay niños con diarrea y problemas en la piel por eso”, aseguró Dunia.

Douglas Hidalgo tiene 47 años viviendo en el sector 13. Es uno de los vecinos que más afectado está por el colapso de las cloacas. Narró que la situación de las aguas negras empeora cuando llueve, porque todo el líquido putrefacto entra a su vivienda. A causa de ese problema padece picazón en la piel y escabiosis en los pies.

Abandono completo de los servicios

Aunque ese problema por sí solo es lo suficientemente grave y complejo, no es el único padecimiento que azota a los olvidados habitantes del sector 13. El servicio de agua por tuberías es inconstante. Les ha tocado sobrevivir hasta 18 días sin recibir ni una gota, en plena pandemia de COVID-19. “Los tanques plásticos se dañan al estar vacíos, porque el calor los agrieta, y nos quedamos sin capacidad de almacenar de forma segura”, expuso Douglas.

La lista de tareas pendientes por parte de las autoridades es larga. A pesar de que deben pagar el servicio mes a mes, es más el tiempo que pasan incomunicados, gracias a las fallas de Cantv. Además, los operativos de gas son cada tres meses “y el servicio es a medias, porque no llenan las bombonas como debe ser”. De acuerdo a su testimonio, los cilindros pequeños que usualmente les alcanzaba para todo un mes, ahora solo duran ocho días.

Basurero no autorizado, ubicado justo al lado de una institución educativa. (Foto: Kevin Arteaga González)

El Instituto Municipal de Ambiente (IMA), encargado de la recolección de los desechos sólidos en la capital carabobeña, tampoco cumple con su función a cabalidad. “A veces duran hasta un mes sin pasar y tenemos que colocar la basura en la avenida. Yo sé que no debe ser, pero la gente no puede dejar la basura acumulándose dentro de sus casas, porque además ya tenemos las cloacas desbordadas”, sentenció.

La falta recurrente de recolección de basura ha generado la proliferación de basureros no autorizados que se convierten en otro riesgo para la salud pública. Tal es el caso del que está justo al lado de la unidad educativa San Ramón Nonato. Jazmín Husein, una de las maestras, sostuvo que actualmente el impacto no es tan grande debido a que las clases son a distancia. Sin embargo, las docentes siguen acudiendo a la sede.

“Nosotros como institución nos hemos encargado de mandar a limpiar eso, pero los mismos vecinos son los que ponen la basura allí”, lamentó Jazmín. “Nos han tirado hasta animales muertos, cocinan sancocho, todo eso afecta a la institución porque el mal olor se mete y es una contaminación contante. Pedimos que nos ayuden a solucionar”.

Los vecinos temen que ante la falta de mantenimiento por parte de Corpoelec las guayas se caigan. (Foto: Kevin Arteaga González)

Árboles y tendido eléctrico

En los patios internos de las manzanas del sector 13 también se enfrentan al crecimiento descontrolado de grandes árboles, cuyas raíces reclaman cada vez mayor espacio. En noviembre del año pasado fuertes lluvias y vientos provocaron la caída de varios de esos árboles, afectando algunas casas y al ya maltrecho tendido eléctrico.

Iris Alvarado, representante del consejo comunal Batalla de Carabobo del ámbito III, detalló que para ese momento, tras la caída de los árboles, la Alcaldía de Valencia envió una cuadrilla que inició los trabajos extracción, pero hasta la fecha no han sido terminados. “Le pedimos a la alcaldía que por favor nos ayude a recoger esa parte del árbol gigante que quedó en el parque. En vista de que se está secando, están las raíces expuestas y hay un hueco. Queremos evitar males mayores”.

Cuando este árbol se cayó afectó parte del tendido eléctrico y las fachadas de algunas viviendas. (Foto: Kevin Arteaga González)

Hay un árbol que está justo en uno de los estacionamientos donde varios vecinos dejan sus vehículos. Temen que en cualquier momento se termine de caer, ocasionando daños materiales a los carros o físicos a alguna persona, ya que luego del episodio de fuertes lluvias y vientos del año pasado las raíces quedaron debilitadas.

Con respecto al tendido eléctrico, es notorio el mal estado en el que se encuentra, mencionó Iris al recordar que en La Isabelica, en 2020, hubo un accidente en el que murió una de las vecinas luego de que una guaya de alta tensión se desprendiera y le cayera encima. “También la luz se nos va los martes, los jueves y hasta los fines de semana. Es necesario reparar uno de los transformadores que hay en una de las calles para evitar que las fallas sean tan continuas”.

En cualquier momento este árbol podría caerse y lastimar a alguien o dañar algún vehículo. (Foto: Kevin Arteaga González)



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