Lo que realmente nos hace diferentes a los seres humanos es nuestra dimensión supra material. Eso que para muchos se traduce en la búsqueda de la trascendencia del alma y en ser parte activa en el anhelo de construir un mundo mejor, transformando realidades, visualizando posibilidades y potenciando esas aspiraciones con nuestra voluntad.

dedico este mensaje de Navidad a los soñadores

Son nuestros sueños. Profunda y sublime inspiración existencial que nos mueve a actuar. Incluso más allá de las posibilidades propias. Imperativo vital que adquiere color en el lienzo de la vida y que nos lleva a hacer posible lo que muchos creen irrealizable. Que alimenta el espíritu como bocanada fresca cuando el aliento se pierde, incluso cuando se siente que la vida se va.

Hoy dedico este mensaje de Navidad a los soñadores. A quienes no dejan que sus sueños mueran al caer la tarde, sino que los reeditan cada mañana trazando metas próximas que se convierten en puentes que van siendo cruzados uno a uno en el afán diario. A los espíritus llenos de ganas, que superan el embate de la desesperanza de muchos y se empinan sobre las dificultades viendo el porvenir.

Porque al final cada uno es parte de un todo mayor. Un sueño colectivo que se resiste a ser olvidado en un cajón interior. En una gaveta cerrada del alma. Es el anhelo superior de ser útil, hoy más que nunca, a nuestro querido país y a su gente. Sí, es el deseo irrenunciable, que se complementa en acción,para hacer de Venezuela un mejor lugar para crecer, desarrollarse, enamorarse, prosperar y ser feliz.  Sueño de una patria buena y sana, que se hace presente acompañando sienes blancas y caras imberbes de quienes están dispuestos a dar lo mejor para hacer esta aspiración realidad.

Por ello hoy, cuando un año difícil muere, se nos presenta insinuante, seductora, la invitación a hacer realidad esa aspiración. El sueño de nuestra infancia, de nuestros primeros pasos, ese que sembraron en nosotros padres y abuelos, maestros y profesores, el que une a los hombres y mujeres de buena voluntad.

El sueño de construir un mundo mejor. De solidaridad, de justicia, de respeto a los valores, al derecho del prójimo y a la diversidad de pensamiento. Un sueño de libertad, porque libre es el hombre y su destino. Un sueño de paz, porque nacimos para convivir y compartir lo que Dios nos ha dado.

Que Venezuela sea nuestra inspiración y causa, que saquemos lo mejor de cada uno de nosotros para superar los obstáculos en el camino, para que en el porvenir quienes nos sucedan encuentren en nuestros actos y ejemplos motivos de orgullo y modelos a seguir.

Seamos dignos de este compromiso. Seamos constructores de la nueva  sociedad. Que este sueño que hoy compartimos, alumbre una mejor realidad para ésta y las futuras generaciones de venezolanos.

Feliz Navidad.

Lucio Herrera Gubaira.




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