La semana pasada, La Junta Directiva de la Academia de Historia del estado Carabobo hizo una denuncia ante la grave situación que se está viviendo en la Plaza Bolívar de Valencia cuyo Monolito ha sido víctima del desvalijamiento de su decoración, ante la mediocre actuación de la Policía Municipal de Valencia, que teniendo un comando en todo el frente de la plaza no ha sido capaz de detener la acción del hampa.
Resulta ser, que las guirnaldas que adornan los cuatro lados de la base del Monolito han sido robadas y las sobrevivientes afortunadamente fueron rescatadas por la Presidenta de Induval, Lcda. Marlene Arcila, quien nos consta que es una persona bien preocupada por el tema del centro histórico.
Sobre este hecho debemos recordar y alertamos al Alcalde de Valencia, Lcdo. Alejandro Marvez que la Plaza Bolívar de Valencia es potestad de la Alcaldía y que además de ser un sitio público en él está un monumento que honra al Libertador Simón Bolívar al que debe dársele todo el respeto necesario y que no sólo es recordarlo en las fechas patrias, sino también resguardar su memoria la cual en éste caso está plasmada en ese monumento histórico que está protegido por la “Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural” y que el no cumplimiento de ésta, acarrea sanciones para quien comete actos en contra de nuestros monumentos y recordamos que el Alcalde de Valencia debe cumplir con el Artículo 43 de la misma.
Por todas estas razones es necesario que entre la Alcaldía y la Gobernación de Carabobo se elabore un dispositivo de seguridad eficiente en el centro de la ciudad que está convertido en un antro de malandros,vikingos y enfermos mentales, que lo único que hacen es crear espectáculos bochornosos y actos en contra de la ley. La situación ha llegado a tal extremo que cuando hay una fecha patria y las autoridades colocan las ofrendas florales al frente del Monolito, inmediatamente que se acaba el acto, una horda de desadaptados arrasan con las ofrendas, las rompen para sacar las flores y venderlas y dejan toda esa suciedad en la Plaza y la Policía Municipal como si no existiera.
Es necesario que ante la situación que vivimos las autoridades se concentren en ejecutar las acciones pertinentes para que los ciudadanos puedan disfrutar de los espacios públicos en un ambiente de respeto y de decencia y no que sean los malandros los que disfruten de los mismos.
