El delantero del Chelsea Olivier Giroud (d) celebra su cuarto gol ante el Sevilla. / Foto EFE

El Chelsea goleó por 0-4 y se aseguró el primer puesto de su grupo de la Liga de Campeones frente a un irreconocible Sevilla, impotente ante la neta superioridad del conjunto inglés. Olivier Giroud fue la gran figura figura, autor de un póker de goles en un partido dominado de principio a fin por los Blues.

Con ambos equipos ya clasificados para los octavos de final y muchísimos cambios en sus onces, el Chelsea pasó por encima de los sevillistas y demostró tener mucha más calidad y variedad en su segunda unidad, que se impuso con contundencia con un primer tanto a los 7 minutos de Giroud, auténtico ‘matador’ en esta quinta jornada, y otros tres en la segunda mitad, el último de penalti.

Ambos equipos se jugaban el liderato a una carta, pues el ganador se aseguraba el primer puesto y ser cabeza de serie, aunque los técnicos Julen Lopetegui y el inglés Frank Lampard, al estar muy cargados muchos de sus titulares por el exigente calendario, revolucionaron sus onces: ocho cambios en el Sevilla y nueve en el Chelsea.

Con una notable baja de última hora, al lesionarse el portero checo Tomas Vaclík en el calentamiento, Lopetegui lidió este revés con el joven del filial Alfonso Pastor, de solo 20 años. Sólo repitieron los defensas Jesús Navas, Diego Carlos y Rekik, con pesos pesados como Koundé, Fernando, Ocampos o De Jong en el banquillo.

Su homólogo en los Blues sólo mantuvo respecto al último once contra el Tottenham al meta francosenegalés Edouard Mendy y al exmadridista Mateo Kovacic, y, aparte de que el brasileño Thiago Silva no viajó, dejó en el banco a gente de la talla de Zouma, Kanté, Mount, Ziyech, Abraham o el goleador alemán Timo Werner.

Tantos cambios no le sentaron nada bien al Sevilla, que salió dormido, con poca intensidad y sin bazas para meter en problemas a un Chelsea muy superior desde el comienzo, mucho más vertical y peligroso, lo que, tras un aviso del croata Christian Pulisic, le dio pronto sus frutos al desnivelar la balanza a los 7 minutos Olivier Giroud.

El internacional galo recibió un balón filtrado al área por el alemán Kai Havertz y, con un zurdazo a media altura, batió al joven meta Alfonso aprovechando las facilidades que les dio la zaga del equipo español, incapaz de crear peligro y que se vio superado por la mayor ambición y la velocidad arriba del conjunto londinense.

El Chelsea, más activo, siguió con el control del choque y el mando en el medio campo con Kovacic y Jorginho, y se proyectó con rapidez y desparpajo hacia arriba con el tridente formado por el joven inglés Hudson-Odoi, Havertz y Pulisic, con un par de remates del croata, uno de ellos salvado con el pie por Alfonso, al filo de la media hora.

El Sevilla quiso reaccionar, pero, sin ideas, apenas creó ocasiones. Tan sólo un tiro del brasileño Diego Carlos a los 20 minutos, rechazado por la zaga, otro desviado del marroquí En-Nesyri desde muy lejos al ver adelantado a Mendy y dos reclamaciones de penaltis por posible manos que el árbitro, tras consulta con el VAR, no consideró.

En la reanudación, los sevillistas salieron con más brío, pero fue un completo espejismo y, tras un intento del serbio Gudelj de empatar con un tiro que salió alto después de un exquisito pase de Navas, el Chelsea, muy sólido e incisivo, volvió a llevar las riendas y nunca les dio opción a los de Lopetegui para buscar el equilibrio.

El técnico vasco movió el banquillo con un triple cambio con hombres más habituales como el argentino Ocampos, Jordán y el francés Koundé, por Óscar Rodríguez, el marroquí Idrissi -voluntarioso pero poco resolutivo en su primera titularidad- y Navas, a quien Lopetegui dio descanso al haberlo jugado prácticamente todo.

Aún así, el Sevilla no terminó de funcionar y fue superado siempre en un choque que nunca tuvo dominado y que Giroud, ejerciendo de auténtico matador, casi sentenció a los 54 minutos con su segundo gol, al picarle por alto el balón, cuando le intentaba incordiar un desacertado Sergi Gómez, en la salida de Alfonso.

A partir de ahí, el equipo español, irreconocible y que fracasó con su segunda unidad, Lompard también refrescó a su equipo al dar entrada de una tacada al galo Kanté, el inglés Mount y el marroquí Ziyech, y luego al joven escocés Gilmour y a Werner, cuando ya estaba todo el ‘pescado’ vendido ante la impotencia de los hispalenses.

Giroud, la auténtica figura del partido, no puso freno a su voracidad goleadora e hizo el 0-3 a falta de un cuarto de hora, al cabecear un perfecto centro desde la derecha de Kanté. Luego, redondeó su gran noche con el cuarto a siete del final al transformar un penalti cometido por Sergi Gómez, ante la impotencia de un Sevilla decepcionante.




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