Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
Las cuentas no dan. El fondo de ahorro que cada transportista tenía para atender las emergencias de su unidad ya no alcanza. Cuando una pieza se daña pasan hasta tres meses para reunir el dinero necesario. Muchos están optando por la solicitud de microcréditos, los mismos que en el pasado se usaban para la compra de autobuses nuevos, lo que deja en evidencia la profundización de la crisis económica que camina al ritmo del incremento de la inflación.
Los registros de Bangente son claros: el 38% de la cartera activa de créditos están dirigidas al sector transporte. “Son ellos los que más solicitudes hacen”, aseguró Zeneida Pibernat, gerente territorial Centro-Occidente de la institución bancaria. La mayoría participa en el proceso de endeudamiento por la necesidad de reactivar sus unidades, otras para potenciarlas, y algunas para completar su presupuesto y adquirir vehículos nuevos con financiamientos hasta de siete millones de bolívares.
Los bodegueros también forman parte importante de los 56 mil clientes de la entidad en todo el país. Ellos solicitan microfinanzas de montos más bajos que van desde los 100 mil bolívares para la reposición de inventarios en tiempos de escasez y de una oferta de mercancía a precios por encima de sus capacidades de pago inmediata. “Por lo general pagan la deuda en tres o seis meses”.
Pibernat explicó que este segmento de la cartera introduce la petición del crédito con la garantía tener buena oportunidad de negocio con la recuperación pronta de la inversión y de un margen de ganancia que les permita tener autonomía financiera.
La idea de Bangente desde su fundación, hace 17 años, con 636 mil crédito otorgados, es ir directamente a las comunidades a captar sus clientes. “Somos una banca a la inversa”. Se dirigen principalmente a sector comercial, servicios y de producción y al apoyo de proyectos de emprendimiento. 10% de la cartera corresponde a jóvenes entre 20 y 25 años y 9% a personas de la tercera edad.
