EFE
Las madres de los opositores venezolanos Rosmit Mantilla y Lorent Saleh dijeron este miércoles tener confianza en que la mesa de diálogo que se instaló el domingo pasado entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición logre la liberación de sus hijos como parte de los acuerdos alcanzados.
Ingrid Flores, madre de Mantilla, dijo en una entrevista con la radio local Éxito que espera «que se ponga sobre la mesa del diálogo no solamente la libertad» de su hijo «sino el derecho a la vida», indicó.
Según Flores, su hijo, diputado electo el pasado diciembre y detenido desde hace más de dos años, experimenta problemas de salud que le producen fuertes dolores, y hace unos días fue devuelto de un centro de salud donde se suponía que sería intervenido quirúrgicamente de regreso a su aislamiento en el servicio de inteligencia.
«Hasta ahora no sabemos si se va a cumplir la orden de un juez y la orden de un médico de operar a mi hijo, me imagino que ha empeorado», indicó.
Mantilla, militante del partido Voluntad Popular, fue detenido antes de ser elegido diputado, tras ser acusado de la violencia durante las protestas antigubernamentales de febrero de 2014, sin embargo, la oposición venezolana lo califica de «preso político» y reclama su liberación.
Por su parte, Yamilet Saleh, madre del joven Lorent Gómez Saleh, aseguró que su hijo, junto al también detenido Gabriel Valles «está enfermo psicológicamente» por el aislamiento en el que, dijo, se encuentra el opositor en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
Solo pido auxilio porque esto no puede seguir ocurriendo, nosotros no somos de ningún partido político, mi hijo es activista de derechos humanos, aseguró.
Yo confío en esa mesa (de diálogo) por la representación del papa y porque a nivel internacional están observando todo, agregó.
Gómez Saleh y Valles, fueron expulsados de Colombia en septiembre de 2014 por su presunta vinculación con «planes conspirativos» atribuidos al expresidente colombiano Álvaro Uribe.
Medios estatales difundieron vídeos con extractos de conversaciones en las que Gómez Saleh le relata su intervención en la instalación de los campamentos de protesta vistos en Caracas a principios de 2014 y a los que se atribuye la promoción de actos de violencia.
Las autoridades colombianas entregaron a Gómez Saleh y a Valles a las autoridades venezolanas a finales de 2014, desde entonces permanecen detenidos en un calabozo del Sebin, a la espera de una audiencia preliminar.
