Dayrí Blanco
No hay soluciones sencillas para un problema complejo. Pero
en el caso de la crisis de la manufactura nacional solo hace falta el
suministro regular de insumos para que en un plazo de tres meses se reactive la
producción. Miguel Pérez Abad, nuevo ministro de Industrias y Comercio lo sabe.
Su experiencia como presidente de Fedeindustria no solo le dio el conocimiento
necesario, sino que tiene en sus manos el diagnóstico de la situación y el plan
para salir de ella. Las expectativas con su designación son positivas.
El balance actual del sector no es favorable. “Producimos
menos de la mitad de nuestras capacidades instaladas”, aseguro Rodolfo Cibanik,
máximo representante de Fedeindustria en Carabobo, quien insistió que la
asignación de dólares al sector privado para la importación debe ser sustituida
por venta directa de las materias primas.
La idea es que las líneas de producción paradas o reducidas
al mínimo se reactiven para abastecer el mercado nacional, e incluso
exportar como único medio para suplir el
mermado ingreso de la renta petrolera.
Es un plan que puede ser acompañado de la creación de un
banco de insumos. “Tenemos el personal, la infraestructura y la capacidad
productiva, solo hace falta los materiales”. Estas medidas han sido formuladas
en varias oportunidades por Fedeindustria al Gobierno nacional, y es probable
que se pongan en marcha con Pérez Abad como ministro.
Posteriormente se plantea la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo
para que se establezca una inamovilidad
numérica que respete la cantidad de puestos de empleo que permita al
patrono salir del personal que incumple con su labor, y de la Ley de Precios
Justos para que quienes distribuyen y comercializan tengan un margen de
ganancia real.
Pérez Abad forma parte desde la noche del miércoles del
gabinete ministerial del área económica del Gobierno, que también integran
otros nueve ministros, todos bajo el mando del vicepresidente para el Área
Económica, y también ministro de Economía Productiva, Luis Salas.
