Les habían prometido que enviarían comida el día anterior y no
llegó, de modo que cientos de residentes de Cariaco salieron a cerrar la
principal carretera de acceso para protestar y llamar la atención de las
autoridades sobre la angustia de los 58 mil habitantes de la localidad del
estado Sucre, quienes ya no conseguían alimentos en las tiendas.
Lo que sucedió cuando
llegaron las fuerzas del orden está siendo señalado como un ejemplo del alto
riesgo de violencia por el que atraviesa Venezuela. Los efectivos de la Guardia
Nacional, en vez de usar equipos y tácticas no letales de dispersión, abrieron
fuego sobre los manifestantes, matando a un joven de 21 años e hiriendo a otras
11 personas.
El incidente del viernes fue
solo el último de situaciones similares. Ya suman tres las personas que han
muerto en las últimas dos semanas por el uso de armas de fuego para reprimir
las manifestaciones, y los expertos temen que este podría ser solo el comienzo.