Dayrí Blanco

La postergada y temida noticia llegó. Ya no hay más nada qué
hacer. Eso quedó claro en la reunión sostenida el 15 de junio entre el
presidente de Ford Mortors de Venezuela, Héctor Pérez, y su dirigencia
sindical. Si durante los últimos cuatro meses del año el Ejecutivo no liquida
las divisas a los proveedores internacionales de materia prima, en enero se
introducirá el documento de quiebra de la firma en el país.

La capacidad de ensamblaje de 45 mil vehículos al año de la
empresa se perderá junto a dos mil 300 empleos directos y 500 que trabajan bajo
la figura de contratados. Durante lo que va de año la planta solo logró
manufacturar mil 164 unidades en el primer semestre, lo que es igual al 25% de
lo que es capaz de fabricar en un mes.

Gilberto Troya, secretario general del sindicato, explicó la
situación en una tensa rueda de prensa. Respiró varias veces antes de comenzar
a hablar, y después de un corto preámbulo pudo decir la noticia que tímidamente
había asomado semanas atrás. “La única medida que podía salvarnos del cierre
definitivo no fue aprobada por el Gobierno. Ese convenio no va”, dijo al
referirse a la venta de algunos modelos en dólares mientras se secaba
insistentemente el sudor de la frente. La pérdida económica de la firma será
importante al tener que facturar en bolívares los mil 187 vehículos que ya se
negociaron en dólares y que es el único escenario de producción de la planta en
julio y agosto.

La crisis no está ausente en las otras dos ensambladoras de
la región. Christian Pereira, presidente de la Federación Unitaria de
Trabajadores Automotrices, Autopartes y Conexas (Futaac), y secretario general
del sindicato de FCA Chrysler, dijo que en esa planta la producción se
reactivará en los próximos días, tras casi dos meses de paralización. Se harán
450 Cherokee, 238 Grand Cherokee y se culminarán los 75 Forza que quedaron en
la línea de pintura. Al terminar, los insumos se agotan, lo que significa que
no hay escenario de manufactura para el último trimestre de 2015.

En General Motors, según informó José Puerta, secretario de
organización del sindicato, la producción se detendrá en dos semanas. El 14 de
agosto los trabajadores serán enviados de vacaciones forzosas por falta de
insumos. El futuro de esta empresa y de FCA Chrysler es similar al de Ford.
“Será un efecto dominó. Sin materia prima ni divisas para comprarlas el cierre
definitivo es inminente”, dijo Pereira, quien también informó que la gerencia
de Mitsubishi, ubicada en Anzoátegui, envió a sus trabajadores a vacaciones
obligadas desde principios de julio al no tener material CKD para el
ensamblaje, y Toyota, planta instalada en Cumaná, cesará operaciones en dos
semanas por el mismo motivo.

Hasta ahora los sindicalistas no han sido escuchados por el
gobierno regional ni el nacional. Hace seis semanas entregaron una propuesta a
Héctor Breña, secretario de economía Productiva de la gobernación. Aún no han
sido llamados a reunión. El jueves 30 de julio trabajadores del sector
realizarán una movilización en la capital del país, que partirá En Parque
Carabobo hasta la Plaza Caracas. Entregarán un documento en la Asamblea
Nacional y el Ministerio del Trabajo para exigir una salida a esta crisis que acabará
con 100 mil empleos.




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