EFE
Cerca
de 200 países aprobaron este sábado en
París el primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático, en
el que de manera histórica tanto naciones desarrolladas como en desarrollo se
comprometen a gestionar juntas la transición hacia una economía baja en
carbono.
El Acuerdo de París, llamado a cambiar el modelo de desarrollo del planeta
hacia uno libre de combustibles fósiles, se aprobó cuando el presidente de la COP21,
Laurent Fabius, dio el esperado martillazo del consenso y dijo: «Acabamos
de hacer una cosa grande».
Lograr este acuerdo ha costado dos décadas de cumbres del clima y 12 meses de
los más intensos esfuerzos diplomáticos según la ONU.
La mayor parte de las intervenciones posteriores en el plenario fueron
efusivas, salvo en el caso del ministro
nicaragüense de Políticas Nacionales, Paul Oquist, quien se negó a sumarse al
consenso por el «procedimiento antidemocrático» utilizado en la
adopción.
El acuerdo tiene como objetivo mantener
la temperatura media mundial muy por debajo de dos grados centígrados
respecto a los niveles preindustriales, aunque los países se comprometen para que no rebase los
1,5 grados y evitar así «los impactos más catastróficos del cambio
climático».
No habrá sanciones, pero existirá un comité
de cumplimiento que diseñe un mecanismo transparente para garantizar que todo
el mundo hace lo prometido, y que advierta antes de que expiren los plazos
si está o no en vías de cumplirse.
El acuerdo obliga legalmente a los países
desarrollados a financiar la mitigación y la adaptación en los Estados en
desarrollo, y anima a otros países que estén en condiciones económicas de
hacerlo a que también aporten voluntariamente.