José Luis Mata, secretario político de la Alianza del Lápiz, lamentó que el mundo cultural venezolano siga en franco detrimento. Refiriéndose puntualmente al teatro nacional, aseveró que el socialismo le bajó el telón.
Argumentó que para el año 2000 se registraban cerca de 60 puestas en escenas a la semana, mientras que en 2020 -antes de la pandemia- no se contabilizan ni 10 obras en el mismo período de tiempo.
Este Día Mundial del Teatro no tenemos nada que celebrar, recordamos la fecha con nostalgia de la industria que tuvimos en Venezuela. Icónicas escuelas de actuación en la ignominia, luchando por no desaparecer y sosteniéndose por el amor y entrega de sus profesores y directivos, subrayó el portavoz del partido de la educación.
Puso como ejemplo de ello la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo que, de tener una matrícula de más de 300 alumnos, fue mermando hasta contar con menos de 20 en la actualidad.
No fue la pandemia lo que llevó a la educación de las artes escénicas a su casi destrucción. Esto obedece a la mala gerencia oficial y el criterio gubernamental de usar a las artes como herramienta política. Aún entrados la década del 2000, un actor podía y vivía del teatro y de la actuación, hoy son sobrevivientes obligados a vender sus herramientas de trabajo para poder comer un día más, denunció el intelectual y activista social.
Insensibilidad, indolencia e ignorancia
Alertando que los teatros ya tenían los telones caídos antes del brote de la pandemia en el país, Mata reiteró que al mundo de la actuación la quebró la insensibilidad, la indolencia y la expresa ignorancia de un ministerio ineficiente: No solo quedaron sin trabajo y modo de vida los actores, también los dramaturgos, diseñadores de vestuario, escenógrafos, productores, técnicos de iluminación, costureras, tramoyistas y una gran lista de personas que de manera indirecta se beneficiaba de esa actividad económica.
El teatro bajó la santamaría
Haciendo énfasis en que el mundo del teatro fue una actividad económica redituable para el país, en nombre de la Alianza del Lápiz planteó la necesidad de que se estimule un sistema de incentivos al arte y al artista, que no sean regalos o dádivas del Estado.
Urge un fondo de financiamiento retornable, a los proyectos y a las actividades artísticas y culturales que permitan renacer esa industria y a que esta sea de nuevo, sustentable como actividad económica. Se ha demostrado con creces que los artistas son excelentes emprendedores y administradores, cuando por años han llevado adelante su sublime empresa con los pocos recursos y sin apoyo gubernamental, apuntó.
El portavoz refirió planes de incentivo fiscales y financieros para la educación de las artes. Sobre esto, recordó que las escuelas se han mantenido y soportado sin ninguna ayuda gubernamental, desde que le retiraron los subsidios entre los años 2008 y 2012, convirtiéndose en lo que citó como un modelo de resiliencia, entrega y amor por la educación y las artes.
Nota de prensa.