La toma de posesión en la gobernación del país por parte de Nicolás Maduro la institucionalizad venezolana se debilita. Así lo denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el miércoles 9 de enero.
A través de un comunicado la CIDH Advirtió sobre “la persistencia de situaciones estructurales que afectan los derechos humanos. Alerta sobre las graves consecuencias que ocasionaría el retiro del Estado de la OEA”.
Al mismo tiempo dijo que “frente a la asunción de un nuevo mandato de Nicolás Maduro el 10 de enero próximo (…) la Comisión alerta sobre la profundización del debilitamiento institucional en Venezuela”. La comisión destacó que el modo en que desarrollaron las elecciones presidenciales avivó la debacle en la nación.
Para la CIDH “el debilitamiento de la institucionalidad ocurre en un contexto estructural de represión y persecución a la disidencia”. En este sentido, se refirió a “la detención del diputado Requesens en el 2018″. A su juicio este hecho evidencia la continuidad de la situación.
“La militarización de la seguridad pública agrava el deterioro de los derechos políticos y a la participación. Esto afecta la libertad de expresión”, reseña el texto. Al mismo tiempo, manifestó que “la Cidh y su Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión continúan observando la profundización del deterioro a la libertad de expresión en Venezuela”.
El acceso a los derechos económicos, sociales y culturales en Venezuela son precarios, manifestó el organismo. De la misma forma vio con preocupación la situación en el sistema de salud.
“Como Estado miembro de la OEA, Venezuela sigue sujeto a la jurisdicción de la Comisión y a las obligaciones que le imponen la Carta de la OEA”, señala el Texto. En otro aspecto aseguró estar a disposición para colaborar con el Estado de Venezuela.
