Todo estaba oscuro en Ciudad Chávez. El servicio de energía eléctrica fue interrumpido mientras se realizaba la audiencia de los detenidos durante las manifestaciones en apoyo a la sublevación militar que se generó en la 41 Brigada Blindada de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) mejor conocida como Fuerte Paramacay.
Mientras la noche transcurría, la incertidumbre y el miedo se apoderaron de los familiares de las dos personas que estaban siendo juzgadas por un tribunal militar pese a ser civiles. Nadie sabía lo que ocurría dentro del recinto, solo les quedaba la esperanza de que sus seres queridos salieran en libertad.
Las horas se hicieron largas para Carmen Rodriguez, quien aguardaba en las afueras del destacamento 41 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ubicado en Ciudad Chávez. Su esposo fue arrestado el domingo pasado cuando salió de su casa para presenciar la protesta en respaldo a la acción castrense.
Más de 96 horas han transcurrido desde su aprehensión. No han podido constatar su estado de físico y mental, denunció su pareja. «El tiene un tratamiento para la depresión desde hace años. Aunque se lo hemos enviado, no sabemos si realmente se lo han hecho llegar» dijo mientras rezaba para que su marido no corriera con la misma suerte de los ciudadanos juzgados por el mismo tribunal en horas de las mañana, quienes fueron privados de libertad y enviados a la cárcel de Ramo Verde.
La fémina agradeció la labor de los abogados del Foro Penal Venezolano, quienes han prestado su apoyo durante todo el proceso.
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