Un colector de autobús salía cada día a las 5:00 a.m a trabajar, era parte de su rutina levantarse temprano. Salió de su casa y no recorrió muchas cuadras cuando un delincuente se atravesó en su camino para robarlo, pero se opuso y murió.
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El joven tenía 23 años y a sus 21 comenzó a trabajar de colector. Lo poco que cargaba entre sus pertenencias le fue arrebatado. Los familiares se enteraron de lo sucedido por un llamado de los vecinos, quienes escucharon un sólo disparo, dirigido a la cabeza del muchacho, mientras recorría una calle del sector Bella Vista, al sur de Valencia, muy cerca de la Plaza de Toros.
Su muerte deja a una familia destrozada. Vivía con su novia y su madre, además de otros cinco hermanos. Él era el menor de todos.
