Para los carabobeños es cada vez más cuesta arriba abastecer los tanques de sus vehículos a precio subsidiado. Al padecimiento habitual del límite de 120 litros mensuales y las reiteradas fallas del sistema que contabiliza ese cupo se le suma una nueva irregularidad: la falta de equidad en la distribución de combustible entre las estaciones de servicio subsidiadas y las dolarizadas.
Los usuarios que intentan surtir gasolina en la estación subsidiada Paramacay, en la avenida Universidad de Naguanagua, han sufrido en carne propia las consecuencias de esta situación que retrasa mucho más el proceso de abastecimiento. Este viernes 18 de septiembre muchos de ellos, como Víctor Carillo, cumplen 19 días en la cola. Durante ese tiempo Pdvsa ha enviado solo tres gandolas.
En contraste y a pesar de que también reportan largas colas, en los establecimientos que expenden gasolina a medio dólar por litro el despacho de gandolas es diario. Tal es el caso de la estación La Granja, ubicada muy cerca de la estación Paramacay, la cual está bajo el control de la Gobernación de Carabobo desde hace casi tres meses.
Llenar un tanque de 40 litros en una estación dolarizada implicaría hacer una inversión de 20 dólares. Para el amplio sector de la población que debido a la pérdida del poder adquisitivo no puede comprar combustible a medio dólar por litro, el subsidio es la única opción, por lo que se ven en la necesidad de incluso esperar durante 19 días con la esperanza de surtir.
“Llega la gasolina a las estaciones de servicio a precio internacional y a nosotros nos dejan por fuera. Sabemos la problemática que existe con el racionamiento de combustible, pero nosotros también somos venezolanos y necesitamos del combustible para trabajar”, dijo Carrillo al instar a la gerencia de distribución de Pdvsa a despachar gasolina a las estaciones subsidiadas.
Fue mediados de junio de este año cuando la Gobernación de Carabobo tomó la administración, gestión, operación y fiscalización de 16 de las casi 100 estaciones de servicio que hay en la entidad, a través de la empresa Corporación Carabobeña para la Distribución y Comercialización de Gas, Gasdracula C.A. Según el gobernador Rafael Lacava, no se trató de expropiación, sino de un proceso de recuperación de activos por parte de Pdvsa.
Luego de que entrara en vigencia el nuevo esquema de distribución y venta de gasolina, bajo la modalidad subsidiada y dolarizada, en Carabobo fueron asignadas 17 estaciones de servicio para la venta de combustible a precios dolarizados. De ese total, al menos ocho establecimientos son gestionados actualmente por Lacava: La Granja, Cabriales, Guaparo, La Ceiba, Campo Alegre, Prebo, Isla Central y Chacao.
El resto de las que están en manos del gobierno regional son: Combustible Camica (Bárbula I), en Naguanagua; Palo Negro I e Isalago, en Valencia; Cocotales y Morón II, en Juan José Mora; Módulo Miranda, en Miranda; Módulo Pecadores-Playa Blanca, Puerto Cabello; y La Arboleda, en Guacara.
El diputado de la Asamblea Nacional, Ángel Álvarez Gil, fue tajante al afirmar que el combustible subsidiado prácticamente no existe en la entidad carabobeña desde hace varias semanas. “Lo poco que queda es utilizado en estaciones dolarizadas donde reparten cupos a discreción a cuerpos de seguridad o personeros del régimen, quienes posteriormente se encargan de realizar el bachaqueo de los números”.
Ante la escasez de combustible en las estaciones subsidiadas, que se agudizó debido a la desigual distribución de Pdvsa, y la dificultad que implica surtir incluso en las gasolineras dolarizadas, en el mercado paralelo el litro de gasolina se cotiza entre los tres y cuatro dólares, aseguró el parlamentario carabobeño.
Álvarez Gil condenó el hecho de que en pleno aumento del número de contagios de COVID-19 las pocas estaciones de servicio operativas en Carabobo sean caldo de cultivo para la propagación del virus debido a la gran cantidad de personas en las colas, algo que va en contra de las medidas sanitarias recomendadas.
