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Los espinosos temas de derechos humanos y democracia marcan este jueves el diálogo entre la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y los funcionarios cubanos, en su último día de estancia en La Habana.

Tras una primera jornada de coincidencias en rechazo al embargo de Estados Unidos, la necesidad de aumentar el comercio, la cooperación y las inversiones, le correspondió a los temas políticos y sociales del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, que ambas partes buscan «reconfirmar» con esta visita.

La Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE) tuvo reuniones con el presidente del Parlamento, Esteban Lazo, y el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, y no se descarta que pueda ser recibida por el presidente Raúl Castro.

«Tenemos toda la disposición de avanzar en el marco contractual que hemos establecido de común acuerdo», le dijo Rodríguez al recibirla en la cancillería.

Para el canciller cubano, el acuerdo «es una demostración de buena voluntad y respeto recíproco que permitirá entenderse y avanzar en beneficio mutuo en todos los campos, por encima de las diferencias».

En igual sentido, Mogherini le expresó que el acuerdo abre «la posibilidad de vencer dificultades y encontrar un terreno común en las futuras relaciones entre Cuba y la Unión Europea».

-Coincidencias y discrepancias-
El diálogo político que prevé el acuerdo, incluye temas como control de armas, migración, lucha contra las drogas y el terrorismo, desarrollo sostenible y energía renovable, donde no solo hay coincidencias, sino avances de cooperación previos al pacto.

El acuerdo «debe ser también un sólido instrumento para apoyar aún más la modernización económica y social de Cuba», dijo Mogherini el miércoles.

El texto también incluye temas donde existen diferencias sustanciales: los derechos humanos, la gobernanza, la sociedad civil, el desarrollo social y económico.

Sobre el tema de los derechos humanos, con el que La Habana es muy celosa de su independencia y soberanía, ya se han tenido encuentros previos, donde ambas partes se han escuchado, pero también han realizado críticas.

Pese a las diferencias en el asunto, Mogherini garantizó que «mantienen un diálogo fructífero, constructivo y amplio».

Un diálogo informal periódico sobre derechos humanos fue iniciado en junio de 2015 en Bruselas, continuado en el mismo mes de 2016 en La Habana, y en mayo de 2017 en Bruselas.

«Cuba es reconocida internacionalmente por los avances logrados en la consolidación de su sistema de salud y educación gratuitos y al alcance de todos, la lucha por la igualdad entre los géneros, la protección del medio ambiente», dijo la cancillería local el pasado 10 de diciembre.

En esa misma fecha, día internacional de los Derechos Humanos, Mogherini declaró que «el pleno respeto de los derechos humanos es una condición imprescindible para cualquier sociedad democrática y resiliente, así como para el desarrollo sostenible, la seguridad y la paz duradera».

Aunque las reformas de Raúl Castro y el Partido Comunista abrieron un pequeño espacio a la iniciativa privada y a la libertad de viaje, La Habana no renuncia a su sistema de partido único, es reacia a legalizar la oposición y mantiene su ideología comunista.

Incluso, el retorno a un lenguaje político duro por parte del presidente estadounidense Donald Trump hacia Cuba desde abril, concitó llamados de vuelta a las trincheras de algunos sectores de la sociedad cubana.

«A corto plazo, no se advierte ninguna señal indicativa de que el gobierno esté dispuesto a introducir las urgentes reformas jurídicas, económicas y políticas necesarias», dijo la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, en un informe enviado a la AFP el miércoles.

El mismo documento opositor denunció que durante 2017 se produjeron en Cuba 5.155 detenciones temporales por motivos políticos. Es, sin embargo, la cifra más baja de los últimos seis años.

En contrapunteo, la prensa -toda bajo control estatal- informó que la tasa de mortalidad infantil en 2017 fue de sólo 4 por cada 1.000 nacidos vivos, la más baja de toda su historia, que sitúa a la isla en una posición de avanzada a nivel mundial.

 




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