Las autoridades colombianas anunciaron este miércoles que investigan dos denuncias de venta de un potente analgésico empacado como un medicamento antiparasitario, supuesta confusión que puso en riesgo a dos menores y que extendió la alarma en el país tras la muerte de dos niños en un caso similar la semana pasada.

Los casos se presentaron en Cúcuta, principal paso fronterizo con Venezuela, y en la localidad de Tumaco, en el departamento de Nariño (suroeste), donde dos madres aseguran que compraron en la farmacia el medicamento Albendazol para desparasitar a sus hijos pero dentro de la caja había un envase del analgésico Tramadol.

Esa confusión «ocasionó la atención médica de una niña de seis años en un centro asistencial» de Tumaco, aseguró este miércoles a medios la alcaldesa de esa localidad, María Emilsen Angulo.

«Estamos realizando las averiguaciones. La niña consumió un medicamento que la caja por fuera decía Albendazol pero el frasco interior tenía Tramadol. Eso generó una reacción negativa en la menor, quien, afortunadamente está fuera de peligro», indicó la alcaldesa a RCN Radio.

Agregó: «Por fortuna vomitó el medicamento, lo que hace que esté en mejor estado de salud, pero queremos advertir lo que está pasando para que el laboratorio responsable revise y tome acciones».

En el caso de Cúcuta, la madre de un menor un dos años se percató a tiempo de que el envase no correspondía al de la caja y alertó a las autoridades.

Genfar, laboratorio que produce estos medicamentos, respondió en un comunicado al hecho en Cúcuta, en el que aseguró que «no encontraron ningún error en el proceso de manufactura, empaque o distribución de los medicamentos señalados».

«Con base en los soportes enviados por la droguería, identificamos la trazabilidad de los dos medicamentos y se estableció que corresponde a medicamentos fabricados en dos plantas diferentes y que los lotes de cada uno nunca se mezclaron en la cadena logística», explicó la empresa.

Estas denuncias tienen lugar tras la muerte la semana pasada de dos hermanos de siete y diez años de edad que ingirieron Tramadol en lugar de Abendazol.

Un médico recetó a los menores el antiparasitario, pero en la farmacia entregaron a la madre el analgésico, que afecta el sistema nervioso central y que la mujer suministró a sus hijos sin percatarse que se trataba de un medicamento diferente al ordenado, lo que llevó al fallecimiento de los dos niños.

En este caso, la cadena de farmacias Cruz Verde reconoció su responsabilidad y aseguró que «se trató de un error personal en la dispensación de un medicamento equivocado por parte de la auxiliar farmaceuta (…) quien desconoció de manera grave los estrictos protocolos para dispensación de medicamentos establecidos por la organización». EFE




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