Nueve meses llevaba detenido Carlos López de 24 años, quien murió en la celda número cinco de la Policía de San Joaquín, cuando un funcionario le disparó en la cabeza por error.
Mauro Prada, director del cuerpo policial, difundió la información y explicó que el hecho ocurrió a las 7:00 a.m. cuando uno de los custodios en su recorrido escuchó las palabras «pendiente, mosca. Ahí viene el policía».
El arma del funcionario estaba desenfundada y lista para ser accionada ante la posibilidad de un fugado. Sin embargo era una falsa alarma. El sitio aún estaba oscuro, seguidamente procedió a abrir la celda, cuando desde las sombras un reo propinó una patada a la reja. Esta golpeo la mano del funcionario y por error accionó la pistola, impactando a López que estaba durmiendo en una colchoneta.
La versión ofrecida por una de sus familiares fue desmentida por el director del cuerpo policial, quien destacó que al hablar con los padres de la victima no le hicieron mención de los rumores que corrían por las redes sociales.
Una vez ocurrido el accidente se aproximaron al sitio otros funcionarios. En ese instante encontraron al oficial tirado en el suelo con las manos en la cabeza «herí a uno, desarmenme» eran sus palabras.
El cuerpo de Lopez estaba junto a la reja. Era el mismo Calabozo en el que hace dos semanas escaparon 17 reclusos.
Carlos López había sido detenido por el delito de robo. Los familiares piden justicia. Mientras que el funcionario implicado fue puesto a la orden del Ministerio Público.