El 14 de octubre de 1813, en la Iglesia-Convento de San Francisco de Caracas, fue proclamado Bolívar como Libertador de Venezuela y Capitán General de los Ejércitos. Ningún personaje en el mundo ha recibido merecidamente tantos títulos y denominaciones, tales como: El Precursor de la Integración Americana, El Arbitro de la Paz, El Primer Sociólogo de América, El Visionario de Hispano América, El Primer Ciudadano del Mundo; El Más Ilustre de los Caraqueños, de los Venezolanos y de los Americanos, y por antonomasia El Libertador, cuya espada redentora y pensamiento, dieron vida y transformación a la América Hispana.

Bolívar lleva en su frente la luz de una estrella fulgurante con cinco picos que son: Caracas, Bogotá, Quito, Lima y La Paz, pueblos que sintieron su augusta presencia con sentido de patria, unión y justicia en sus ideales; al redimirlos se convierte en El Gigante de la Libertad y de la Democracia. Don Simón Rodríguez, educador de los pueblos, Precursor de las escuelas técnicas de América, el maestro y guía de Bolívar dijo: “Los hombres no nacen cuando sus madres los alumbran, sino cuando sus ideas comienzan a iluminar a la humanidad”. La brillante carrera militar de Bolívar, fue adquirida por las circunstancias y la experiencia en campaña; su genio político se desarrolló en medio de las turbulencias; hoy se nos presenta como el paisano, el consejero y el amigo de la esperanza.

Escapado de Venezuela hacia Curazao el 27 de agosto de 1812, a causa de la pérdida de la Primera República, continuó a Cartagena de Indias, “La Heroica”, allí consiguió protectores, a quienes les expuso el 15 de diciembre de 1812 su “Memoria dirigida a los Ciudadanos de la Nueva Granada por un Caraqueño”, documento también conocido como “El Manifiesto de Cartagena”, en el cual explicó la crítica situación venezolana. Con el apoyo recibido, inició el 24 de diciembre la Campaña del Magdalena, llegando exitoso el 27 de febrero de 1813 a Cúcuta; en esta ciudad le escribió al doctor Cristóbal Mendoza: “Venga usted sin demora, venga que la patria lo necesita, yo iré adelante conquistando y usted me seguirá organizando, usted es el hombre de la emancipación, y yo el de la guerra”.

Mendoza acudió al llamado, y en Mérida recibió el 23 de abril la gobernación. Desde Cúcuta inicia el 14 de mayo la Campaña Admirable, donde en menos de noventa días recorrió jalonado de triunfos 1.000 kilómetros hasta Caracas. El 21 de mayo el Congreso de la Nueva Granada, lo ascendió a Brigadier General designándolo Ciudadano de la Nueva Granada. A su paso por Mérida, el 23 de mayo, el pueblo exclamaba: “¡Viva El Libertador!” Allí, la Asamblea presidida por el doctor Mendoza, al proclamarlo Libertador y dijo: “Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos ciudadano General Bolívar. ¡Qué vuestra mano incansable siga victoriosa, destrozando las cadenas de los redimidos!, y digan un día: “Bolívar vengó vuestros agravios”.

Llegó a Caracas el 6 de agosto de 1813 acompañado del doctor Mendoza. La presencia de Monteverde en Puerto Cabello, motivó a Bolívar a sitiar el Fuerte San Felipe, luego vendrían los victoriosos combates de Bárbula el 30 de septiembre y Trincheras el 3 de octubre; en el primero, murió el Coronel neogranadino Atanasio Girardot; Bolívar trasladó en procesión triunfal el corazón del valeroso oficial hasta la Catedral de Caracas, donde fue colocado el 14 de octubre en el panteón de la Santísima Trinidad perteneciente a la familia Bolívar.

Ese memorable día en horas de la tarde, las autoridades instaladas en la Iglesia de San Francisco, presidida por el doctor Cristóbal Mendoza, ascendieron al Brigadier Bolívar a Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y aclamado con el Título de “Libertador de Venezuela”, título con el que pasara a la historia. Tres días después, sería denominado “General en Jefe” en vez de Capitán General; Bolívar sería el segundo de los once Generales en Jefe de nuestra Venezuela heroica, después de Francisco Miranda.

El 18 de octubre Bolívar agradeció a la municipalidad de Caracas, escribiéndole: “Libertador de Venezuela, título más glorioso y satisfactorio para mí que el cetro de todos los imperios de la Tierra”. De allí en adelante, seguirá brillando con luz propia.

Autodenominado “el hombre de las dificultades”, emitió el 7 de septiembre de 1814, su “Manifiesto de Carúpano” donde dijo:

“Yo os juro o Libertador o muerto”.

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