La crisis no termina de crecer. Por el contrario se agrava cada día más. El régimen no le importa, para nada, el bienestar de los ciudadanos ni el progreso del país; eso no está dentro de sus planes. Esta indiferencia, ese empeño de mantenerse aferrado al poder no depende, para ellos, de una gestión de gobierno sino de la incondicionalidad del resto de los poderes y de las fuerzas militares sometido al ejecutivo.

De manera, que ante este cerco, donde los opositores están impedidos de reclamar lo que por ley les corresponde, que de inmediato son atacados por las fuerzas militares o por los grupos armados de los colectivos fichas del PSUV, copia fiel de lo que ocurre en Cuba, nos ubica en las circunstancias de no despreciar cualquier salida que nos permita conseguir un escape de este yugo que nos han impuesto una gavilla de desalmados.  Es preocupante que desde el año 2017, una vez que las protestas de calles dejaron sobre el pavimento ciento cuarenta muertos, se recogieron en sus casas; desde entonces el gobierno hace y deshace a su antojo sin conseguir resistencia a sus desmanes.

Los cambios en la mesa política son pocos. Esto nos coloca a quienes escribimos, a los que somos columnistas de oficio, en grandes aprieto para cumplir con nuestra responsabilidad semanal. Sin embargo, más allá de innovaciones, ocurrencias e ideas para recuperar la democracia, debemos ocupar nuestro tiempo en convertirnos en una genialidad de los lugares comunes. En un usuario consuetudinario de ese vicio del lenguaje, adrede. Insistir en la Unidad, no para convencer a nadie, todos los dirigentes lo saben, y nuestros compatriotas, también. La coherencia. Ah! La sin par incoherencia.

Lo indispensable para la victoria final es y será la colaboración  que la comunidad internacional nos preste, asimismo las instituciones oficiales. En fin, los venezolanos solos no podemos luchar contra un ejército preparado para matar. Con el ataque cruel de una policía política sin comedimientos. Además, con unas autoridades electorales que les facilitan al régimen los votos que a este caprichosamente les convenga, pues, así no hay fuerza humana que pueda, no es posible…

Por eso los demócratas debemos sentirnos satisfechos con los resultados de la reunión este lunes de la Unión Europea donde entre otros puntos estudian crear un “grupo de contacto” con la finalidad de facilitar una solución política en Venezuela. Sobre el particular se crearon muchas dudas y diferencias, hasta el punto que el jefe de la diplomacia europea, Federica Mogherini, tuvo que precisar para calmar las aguas, que las políticas de sanciones contra responsables venezolanos se mantienen sin cambios. El objetivo sería buscar una manera “de estar en contacto con diferentes partes”, tanto del gobierno del presidente Nicolás Maduro como de la oposición, “involucrando algunos actores regionales e internacionales”, resumiendo de esta forma la discusión.

Conclusión, lo importante es que tengamos presente que tan necesaria es hoy en día la unidad entre los sectores opositores como la unidad y coincidencias con las naciones y organismos extranjeros…otro lugar común…

garciamarvez@gmail




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