Cuba es ocho veces más pequeña, mucho más pobre y con menos de un tercio de la población, pero hoy es dueña de la otrora democrática Venezuela, gracias a un ejército de al menos 25,000 agentes que infiltraron al país petrolero, dice María Werlau, directora ejecutiva de la organización Archivo Cuba.

Werlau presentó el cálculo en su libro La Intervención de Cuba en Venezuela: Una Ocupación Estratégica con Implicaciones Globales, obra que documenta el control que La Habana ejerce sobre la nación sudamericana.

“La ocupación cubana no es una ocupación tradicional de una fuerza militar visible. Es una ocupación con activos [agentes] en todos los sectores de la sociedad venezolana que ejercen un control del país a través de métodos asimétricos”, dijo Werlau en una entrevista telefónica.

Desde hace décadas, La Habana inició el proceso de colocar agentes en la sociedad venezolana y hoy “estos agentes controlan todo el quehacer y todos los sectores la sociedad venezolana, la economía, la seguridad y hasta el aparato militar”, agregó.
María Werlau co fundadora del Proyecto para Una Sociedad LIbre, también conocida como Archivo Cuba. (Cortesía)
La respetada investigadora y panelista, María Werlau es co fundadora del Proyecto para Una Sociedad LIbre, también conocida como Archivo Cuba, y ha escrito distintas obras y publicaciones académicas sobre la realidad cubana, incluyendo el libro Las víctimas olvidadas del Ché Guevara.

Su nuevo libro, de estilo académico, está sustentado en artículos escritos por varios de los más importantes diarios estadounidenses, incluyendo el Washington Post, el Wall Street Journal y el Miami Herald, y material publicado en libros y más de una docena de entrevistas con actores con información directa sobre la temática tratada.

Mucha de esa información ya había sido publicada en cientos de artículos y forma parte del récord público, el aporte del nuevo libro es que la congrega en un solo sitio y la pone en contexto, explicó.

Como parte de sus investigaciones, Werlau encontró informes creíbles que apuntan a la presencia de entre 25,000 y 40,000 cubanos infiltrados en Venezuela, adicionales al personal que forma parte de las conocidas misiones médicas enviadas por La Habana.

Esa fuerza de ocupación encubierta le ha permitido a Cuba tomar el control de las fuerzas armadas, el aparato de policial, la presidencia, ministerios, así como el servicio de inmigración de Venezuela, resaltó Werlau en su libro.

El control de Cuba sobre los venezolanos es vasto. Hoy es La Habana, y no Caracas, la que está a cargo de la emisión de las tarjetas de identidad y pasaportes de los venezolanos, y controla las bases de datos del sistema electoral, así como los registros comerciales y las notarías públicas.

Asimismo, es Cuba la que lleva el control de los ingresos en los aeropuertos y los pasos fronterizos, además de tener acceso a empresas estatales, incluyendo las más estratégicas, como la banca, telecomunicaciones, minería, distribución de alimentos y petróleo.

Para cuando toma el control de Venezuela, Cuba ya llevaba más de cuarenta años perfeccionando una serie de herramientas y metodologías que parten de su sistema totalitario, de corte estalinista, dijo Werlau.

Ese sistema descansa sobre un inmenso aparato de inteligencia y propaganda, abocado a mantener a la población bajo control, cuyo mantenimiento ha sido desde hace mucho tiempo la principal prioridad del régimen castrista.

Las labores de infiltración las aprendió de la extinta KGB, que entrenó a la inteligencia cubana en su inicio. Pero luego fueron los alumnos los que superaron los profesores, siendo mucho más eficientes, al menos en América Latina, en las labores de formar agentes e infiltrar los países vecinos, señaló.

“La inteligencia cubana hasta supera a la KGB, dicho por la propia KGB, en Latinoamérica, llegando a sorprender como Cuba dedicó sus recursos a sistemáticamente infiltrar, influir, captar recursos [y agentes] en todos los países de la región”, comentó.

Werlau dijo que el proceso de infiltración en Venezuela duro muchos años, pero fue solo cuando el fallecido presidente Hugo Chávez llegó al poder cuando Fidel Castro alcanzó su sueño de comenzar a ejercer el control sobre el petróleo Venezolano.

Esa era una ambición de larga data, dijo la directora de Archivo Cuba.

“Desde que llega en enero del ‘59, Fidel Castro tenía un plan de controlar a Venezuela, especialmente por la riqueza petrolera”, dijo Werlau.

Venezuela fue la joya de la corona de la aventura global de Fidel Castro y la larga batalla de Cuba desde 1959 para expandir su marca única de ‘imperialismo revolucionario’ en América Latina y el Caribe y extender su influencia en todo el mundo”, resaltó la autora en su libro.

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